El amor siempre fue el denominador común de muchas historias. En este caso, la de Máxima Zorreguieta y su esposo, se podría decir que se dio como en un cuento de hadas.
A 20 años de ese primer flechazo, recordamos como comenzó todo para Máxima Zorreguieta, quien terminó convirtiéndose en la reina de Holanda.
Con 28 años, la argentina se encontraba en Sevilla y asistió a una feria vestida como gitana. Corría el año 1999 y desde ese momento su futuro cambiaría para siempre.
El hecho es que allí también se encontraba Guillermo de Orange, hijo de la Reina Beatriz y príncipe de Holanda.
Como es costumbre, comenzaron las miradas entre ellos, hasta que un conocido en común finalmente los presentó.
Así fue que ambos se conocieron y, entre charla y charla, el amor surgió en ellos. Al principio, la relación empezó a escondidas dado la exposición del príncipe.
Pero al darse cuenta que la cosa iba en serio, decidieron dar el próximo paso y apostar por lo que sentían.
El destino marcado
Así fue como llegó el momento de la presentación. Seguramente, no debió ser una cuestión sencilla, sobre todo cuando tu suegra es la reina de Holanda.
Pero lo cierto es que Beatriz aceptó enseguida a Máxima, quien siempre se mostró con su perfil humilde y carismático.
Desde allí, comenzó la preparación para el futuro que le esperaba. Máxima estaba destinada a convertirse en parte de la nobleza Holandesa de la mano de quien sería su esposo.
Sumado a la aceptación de la reina, también lo hizo el pueblo quien la recibió con los brazos abiertos. Con todo por delante, llegó el momento soñado.
Un 2 de febrero, pero 20 años atrás, Máxima Zorreguieta y Guillermo de Orange daban el sí y lograban conquistar tanto al pueblo holandés como al argentino.