Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger, veinte años menor que el cantante, comenzaron a escribir su historia de amor hace poco más de 30 años y desde entonces formaron su familia y sostienen su vínculo aferrados a las particularidades de su matrimonio.
Sucede que pese al cariño que se tienen eligen vivir en casas separadas, ella en Miami con sus hijos y Julio Iglesias prefiere aprovechar la tranquilidad que le brinda su vivienda de República Dominicana.
Es decir, que aquella relación que surgió cuando el cantante descubrió a Miranda en medio del alboroto del aeropuerto de Yakarta, terminó siendo establecida en el cariño y el acompañamiento, pero también en el respeto y la libertad a la hora de la convivencia.
Pero sin dudas, lo más destacado de esta historia no tiene que ver con el presente, sino con la forma en la que comenzaron a compartir el camino, ya que en reiteradas entrevistas, el compositor aseguró que apenas vio a la holandesa supo que iba a ser su compañera de vida y no se equivocó.
Posteriormente, tras 20 años viviendo juntos, el artista decidió casarse con la modelo en una ceremonia en la que solo estuvieron presentes sus cinco hijos: Miguel Alejandro, Rodrigo, las gemelas Victoria y Cristina y Guillermo; y que además tuvo como testigos a los caseros de la finca situada en Ojén, España.
El presente
Con el correr del tiempo, Miranda que siempre eligió mantener su bajo perfil, optó por dedicarse por completo al cuidado de sus hijos, mientras que el español prefirió dejar en segundo plano su carrera, para refugiarse en su casa del Caribe donde se recupera de las dolencias propias de sus 77 años.
De acuerdo a las últimas que trascendieron del productor, se lo pudo ver caminando con dificultad y siendo sostenido por dos asistentes, por lo que al parecer tendría serios problemas de salud para movilizarse sin ayuda.
En conclusión, aunque Julio Iglesias siempre tiene a disposición un avión privado para reunirse con su familia, los medios españoles aseguran que pese a que hace tiempo que no se los ve juntos, el amor con sus hijos y esposa, permanente intacto.