Luego de superar por penales a Francia y quedarse con la tercera copa del mundo para la Argentina, la selección volvió al país y tuvo su reencuentro con la gente. Pero tras los festejos el Dibu Martínez preocupó a todos con una inesperada escala.
Gracias a su carisma, espontaneidad, y destreza a la hora de atajar penales, el Dibu Martínez se convirtió en uno de los jugadores referentes de la selección siendo uno de los más queridos por el público.
Sumado a la habilidad deportiva que mostró en varias ocasiones, sus modos, caras, gestos, bailes y freses han conquistado los corazones de millones de argentinos que hoy se ven representados por su personalidad.
Tras su llegada al país con el plantel se dispuso una recibida de la cual participaron 5 millones de personas que recorrieron las calles de Capital Federal. La idea era que la caravana de los jugadores y la copa pase por el Obelisco pero finalmente no se pudo.
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Ante la histórica convocatoria de personas que salieron a recibir a la selección, los futbolistas y el plantel tuvieron que desviar su recorrido y regresar a Ezeiza en helicóptero sobrevolando la marea de gente.
Tras su vuelta al predio, cada uno regresó a su ciudad natal por la vía aérea, salvo que el Dibu hizo una escala que despertó la preocupación de muchos.
En familia
En medio del regreso a Ezeiza, el arquero hizo una parada en el Hospital Churruca. En principio, se pensó que se trataba de una cuestión personal, derivadas de los incidentes que se habían producido en el recorrido por las calles porteñas.
Sin embargo, el Dibu Martínez llegó hasta el sanatorio y al bajar del helicóptero se subió a un auto en el cual lo esperaban su padre y su hermano para emprender la vuelta hacia la costa por la ruta 2.