Si ves que tu gato ya no se presta para jugar contigo, como lo hacía antes, debes prestar atención a distintos aspectos. Las causas de pasar de tener una mascota proactiva a una más perezosa son diversas, pero te presentaremos algunas que podrían explicar ese cambio.
El hecho de jugar primeramente promueve una mejor condición física de tu gato, ya que corren, saltan, atrapan, lo que generan beneficios en su salud. Pero, por otro lado, también estimula otras funciones innatas en los felinos que son el instinto y la caza. ¿Pero qué pasa cuando el felino no quiere jugar más?, a continuación, todos los detalles.
La tristeza
Si notas que tu gato no responde a los estímulos y se la pasa escondido debajo de la cama, es señal de que está triste. Estos cambios de ánimo se dan por diferentes factores: un cambio de casa, puede producir ansiedad y estrés, la llegada de un nuevo miembro a la familia puede generar que se sienta excluido; o en casos más puntuales, haber atravesado por algún evento traumático le traerá posibles transformaciones en su salud mental.
La medicina más infalible en este caso, es el amor y la comprensión. Debes aumentar las caricias, evitar lo más que puedas los regaños y tratar que tome sol en los lugares que veas que más le guste.
Por alguna enfermedad
Si el felino no juega y tampoco come, puede estar presentando algún problema de salud. En estos casos, es importante que lleves a tu mascota de inmediato al veterinario para que le practiquen los estudios específicos de rutina, con el fin de tener un diagnóstico preciso que les permita encontrar un tratamiento adecuado.
El sobrepeso
La obesidad o sobrepeso es una de los motivos posibles por los que el animal no juega más. Si bien, tener un gatito gordito puede parecer tierno, por otro lado, promueve su pereza y evitan toda clase de actividad física.
En la naturaleza de los gatos, radica estar en constante movimiento por sus instintos de caza, y no están acostumbrados a acumular mucha cantidad de grasa. En el caso de los felinos domésticos, los dueños suelen darles rienda suelta a sus antojos generando la obesidad que les pueden ocasionar enfermedades futuras.
Por eso es importante que alimentes a tu mascota con un alimento balanceado que esté acorde a su edad y en medidas proporcionales a su grado de desarrollo. Cualquier exceso es perjudicial.
Frustración
Si jugamos con una caña que simboliza la cola de un ratón, debes dejar que en algún momento pueda quedarse con la presa en la boca. En caso contrario, esto genera frustración en el animal y se siente impotente lo que deriva en que ya no quiera jugar más.
Cazar al animal, aunque sea hablando metafóricamente, quiere decir que consigue atrapar al ratón y se queda con él un tiempo entre sus garras. Si no atrapa a su presa quiere decir que es un mal cazador.
Simplemente no tiene ganas de jugar
Los felinos suelen ser animales muy sensibles, no están acostumbrados por eso a los excesos. Ante los momentos en los que notes que tu gato no se muestra reacio a los juegos, debes ser comprensivo y dejarlo tranquilo, no hay que sofocarlo sino podrías generar que tenga una actitud poco divertida.