De un primer momento Luciano Castro supo que participar de “El primero de nosotros” implicaba una gran responsabilidad por el mensaje que emitía la tira sobre una cruel enfermedad como lo es el cáncer.
Sin embargo, Luciano Castro jamás se imaginó que el trasfondo de esta telenovela, que concluyó provocando un llanto desconsolado a los televidentes, iba a tener un vínculo tan cercano con Gerardo Rozín. Un suceso que relató sin poder salir todavía del asombro.
Sucede que en una entrevista íntima con “Revista Pronto”, el experimentado actor habló a fondo de la serie que fue un éxito en la pantalla de Telefe y en la cual se convirtió en uno de los personajes más queridos por el público.
No obstante, lo más llamativo de este punto fue que Luciano reveló una impactante charla que mantuvo con Gerardo Rozín días antes de su fallecimiento, el 11 de marzo de este año, lo que le abrió los ojos para descubrir algo sorprendente sobre la telenovela que estaba grabando.
“Me preguntó qué tal El primero de nosotros y le respondí ‘Uy, no sabés Gerardo, está muy bueno el proyecto’. ‘¿Vos viste algo?’, le pregunté ‘No, pero sé todo’, me dijo. Y ahí me enteré que era su propia historia.”
Seguidamente, el novio de Florencia Vigna intentó describir las sensaciones de lo que le tocó vivir en aquel momento cuando se cruzó de casualidad con el periodista e hizo hincapié en la calma con la que Rozín le hizo saber que el guion de la tira estaba inspirado en su historia.
“No supe qué hacer. Sabía que él ya tenía su enfermedad diagnosticada, su tiempo contado y me estaba diciendo algo con una tranquilidad y una espiritualidad, que a mí me removía todo.”
Recién ahí Castro entendió el expreso pedido de la producción cuando les dijeron que actuarán a conciencia, pues se trataba del dolor personal de uno de los conductores más queridos en el canal, como así también en los medios de comunicación en general.
En absoluta reserva
Si bien Gerardo ya estaba al tanto de la gravedad de su diagnóstico, optó siempre por mantenerlo en absoluta reserva y lejos del ojo público, incluso hasta los últimos días de su vida cuando recién se supo que padecía un cáncer cerebral terminal.
Lo cierto es que este episodio que dejó al descubierto Luciano Castro sirvió para ratificar lo que ya todos sabían sobre el profesionalismo y la dedicación que siempre tuvo Gerardo Rozín, incluso cuando sabía que se enfrentaba a un adversario imposible de vencer, lo que le permitió partir en paz y rodeado de los numerosos afectos que cultivó a lo largo de su carrera.