Un estudio realizado por el equipo de la doctora Sharon Gilaie-Dotan, investigadora de la Escuela de Optometría y Ciencias de la Visión de la Universidad Bar-Ilan, reveló nuevos aspectos relacionados con la memoria y los recuerdos.
Los resultados fueron publicados en la revista "Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias" y se confirmó que las personas tienden a recordar objetos más grandes que pequeños, desarrollando una mejor capacidad de memoria.
En ese sentido, las investigaciones buscaban revelar en qué se basaban los recuerdos de las personas puestas a prueba.
Mediante la selección de 182 participantes, entre un grupo etario de 18 a 40 años; se determinó que, luego de ser estimulados con la visualización de imágenes de diferentes tamaños, ellos recordaban más aquellas de gran tamaño que las pequeñas.
Incluso, también se buscó la relación entre la visión y la memoria teniendo en cuanta la posibilidad de la creación de sentido. Pese a que muchas de las imágenes grandes se mostraban de manera borrosa, ante algunas pequeñas y muy nítidas, los recuerdos de las de mayor tamaño tomaron la delantera en el resultado final.
Esto también puso el foco en la cuestión de la visión. Es por ello que la selección de los voluntarios no fue azarosa, ya que todos ellos contaban con una vista desarrollada, incluso antes de que cayera en la degradación.
Claro está que la visión disminuye con el paso del tiempo y esta cualidad detectada de recordar los objetos grandes en vez de los pequeños abre la posibilidad de desarrollo de la memoria en los adultos mayores, como uno de los objetivos de dicha experimentación.
La mente activa en estado de reposo
Contar con una memoria privilegiada, siempre se tomó como una parte virtuosa en el ser humano.
Uno de los métodos efectivos para ello, es incorporar conocimientos a la hora de dormir. En ese sentido, se realizó un estudio para poder verificar los alcances de la técnica, arrojando resultados más que llamativos.
Como parte de una prueba, se les pidió a los participantes que recuerden algunas palabras antes de entrar al sueño profundo. Luego, cuando estaban dormidos, ellos fueron escuchando algunas de esas palabras, con la finalidad de reactivar su memoria.
Al despertar, se les solicitó que recuerden algunas imágenes asociadas y como resultado, los entrevistados lograron recordar mejor aquellos conceptos que fueron “inducidos” mediante el sueño.
Claro está que, si bien el desarrollo de la memoria puede ser simplemente natural, existen ciertos puntos a tener en cuenta para poder ejercitar el hecho de recordar mejor.