Los primeros calores suelen ser acompañados de un mayor riesgo de problemas derivados de las altas temperaturas, como deshidratación, insolación y golpe de calor.
Este año, particularmente, pareciera augurar un verano caluroso, razón más que suficiente para que redoblemos nuestra atención sobre estos riesgos. Antes que nada vemos de qué se trata cada uno de ellos, particularmente el golpe de calor.
Deshidratación:
Se produce cuando nuestro cuerpo pierde demasiado líquido sin reponerlo. Las razones pueden ser variadas y combinadas: no beber la suficiente cantidad de agua, uso de diuréticos, actividad física extenuante, fiebre, consumo de alcohol y sudoración excesiva.
Puede ser leve o grave, según la cantidad de líquido que se haya perdido. Los síntomas que nos permiten notar esta situación son los siguientes:
Piel pálida (ocasionalmente puede estar más arrugada de lo normal)
Orina más oscura que lo habitual
Pulso débil
Respiración superficial
Puede haber cefaleas y vómitos
La temperatura corporal suele ser normal al igual que el tamaño de las pupilas
Primeros auxilios:
Ubicar a la persona afectada en un lugar ventilado y fresco, con la cabeza más baja que el cuerpo si fuera posible
Ofrecer agua por intervalos, en caso que no haya vómitos. Si tuviera a su disposición bebidas isotónicas para deportistas es una buena alternativa para reponer electrolitos.
Evitar infusiones (mate, té, café), bebidas gaseosas y, por supuesto, alcohol.
Insolación y golpe de calor:
Si bien ambos cuadros guardan relación entre sí, el golpe de calor no necesita de la exposición a los rayos del sol para producirse. Puede considerarse a la insolación como una forma particular del golpe de calor.
Muchas veces se usan como sinónimos o considerando a la insolación como una instancia menos aguda que el golpe de calor. Sea como fuere, esta diferencia es léxica y no nos limita a la hora de reconocer, prevenir y dar los primeros auxilios cuando se presenten.
Son cuadros graves que se producen cuando fallan los mecanismos de regulación de la temperatura. Si no se trata adecuadamente puede generar daños en el cerebro, otros órganos vitales y hasta la muerte.
Las causas son fundamentalmente la exposición prolongada al sol y/o a altas temperaturas o la práctica de actividad física en un escenario caluroso, pudiendo estar acompañado por un cuadro de deshidratación.
Los síntomas son los siguientes:
Piel caliente y enrojecida
Ausencia de sudoración
Pulso fuerte y contundente, también puede aumentar su frecuencia
Respiración dificultosa
Pupilas dilatadas
Temperatura corporal extremadamente alta
Puede haber mareos, pérdida de conciencia, convulsiones y hasta delirios
Primeros auxilios:
Colocar a la persona acostada boca arriba en un lugar fresco y ventilado
Aflojar la ropa y quitar las prendas innecesarias
Colocar compresas de agua fría (no hielo) en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho
No se debe sumergir a la persona en agua fría ni es conveniente colocar compresas de alcohol, un enfriamiento violento puede ser tan perjudicial como el mismo golpe de calor
Si la persona está consciente y sin vómitos puede ofrecerle agua para ser incorporada de a pequeños sorbos
Si está inconsciente hay que evaluar los signos vitales, principalmente el pulso
Trasladar a un centro de atención para que sea evaluado
Claro que, estaremos de acuerdo, lo mejor es prevenir y no llegar nunca a estas instancias. Para ello nuestras recomendaciones son las siguientes:
Beber agua en abundancia
Prestar atención al estado de niños y adultos mayores.
Evitar o limitar las bebidas con cafeína y mucha azúcar
Usar ropa ligera y que permita el paso de la transpiración
Nunca dejar a una persona (o un animal) en un vehículo
Evitar el consumo de alcohol ya que es un agente deshidratante. En caso de no poder evitarlo por completo se sugiere tomar dos vasos de agua por cada vaso de alcohol
Evitar la exposición a altas temperaturas y horarios inconvenientes para el sol (de 10 a 17 hs). Usar protección solar
Evitar o limitar la actividad física en situaciones de calor
Tener mayor cuidado en personas que usan medicación vasoconstrictora y/o betabloqueante, así como en gente con enfermedades crónicas
Con el debido cuidado, el riesgo de presentarse estos cuadros disminuye drásticamente. Cuidémonos y cuidemos a nuestros seres queridos para poder disfrutar de las fiestas y el verano con salud, amor y bienestar.