Ciertos hechos en la vida de Mike Tyson, lo llevaron a lugares donde sus acciones lo alejaban de aquellos sueños y anhelos de un futuro mejor.
El principal suceso que le cambió la vida, fue en 1979 cuando lo internaron en un reformatorio para jóvenes, al norte del estado de Nueva York, tras cometer varios robos y asaltos. Allí conoció a Cus D'Amato, gerente y entrenador de boxeo, quien ayudó a Mike Tyson a salir del reformatorio bajo su custodia en 1980, y luego se convirtió en su tutor legal tras el fallecimiento de su madre, en 1985.
Luego, tuvo una brillante carrera en el mundo del boxeo como amateur, logrando hacerse profesional en 1985, año en que ganó 14 combates, 11 de ellos por K.O. (knock out, ‘fuera de combate’) en el primer asalto/episodio.
A finales de 1987, ese niño de las alcantarillas que pensaba que los sueños eran inalcanzables, ya había ganado los títulos de la World Boxing Association (WBA), de la International Boxing Federation y, no conforme con todo esto, había defendido ambas coronas.
Sus años de victorias y de ascenso deportivo crecían de manera exponencial, y en 1989 su récord profesional era de 37-0, con 33 victorias por K.O. Sin embargo, los problemas personales y legales eran un imán para la vida del exitoso púgil.
Sucedió que en 1988, tras un breve y revoltoso matrimonio, se separó de la actriz Robin Givens. También demandó a su manager, asociándose con el controvertible promotor Don King y despidió a su entrenador de confianza.
Los años de gloria, mezclados con los conflictos, desencadenaron que en 1990 Mike pierda el título de los pesos pesados ante James Buster Douglas, provocando la sorpresa de los amantes del boxeo y quedando en la historia como una pelea controvertida.
La libertad tiene un precio para Mike Tyson
Este imán para atraer problemas, pusieron a Tyson nuevamente tras las rejas. Ocurrió que en el año 1992, fue acusado de abusar a una joven que se encontraba participando en un concurso de belleza. Al ser considerado culpable, fue sentenciado a diez años de cárcel, de los cuales le condenaron cuatro, y lo obligaron a pagar una multa de 30.000 dólares.
Como dijimos, la libertad tiene un precio, y Mike no se encontraba con problemas de dinero para afrontar esa multa. Sumado a este beneficio, luego de ser remitida su pena por buena conducta, salió de prisión en abril de 1995 para reanudar su carrera de boxeador, como si nada hubiera sucedido.
Así, en este sube y baja que representa la vida del boxeador, en septiembre de 1996 llegaron las buenas y malas noticias. Ese año reconquistó el título mundial de los pesos pesados (versión WBA), pero lo perdió en noviembre ante Evander Holyfield. Y la cosa no termina acá, porque cuando se pactó la revancha entre ambos en junio de 1997, Tyson protagonizó una de las más desafortunadas anécdotas de la historia del boxeo, cuando resultó descalificado tras arrancar de un mordisco parte de la oreja de Holyfield.
Luego de 6 años de este suceso y de una seguidilla de malas decisiones, en 2003 Mike se declaró en bancarrota. Esto sorprendió a más de uno, porque se supo que muy recientemente había cobrado 30 millones de dólares en algunos de sus combates y unos 300 millones de dólares en el total de su carrera. Al respecto, el púgil declaró:
"La verdadera libertad es no tener nada. Era más libre cuando vivía sin un centavo."
Y si de precios hablamos, luego de haber malgastado su fortuna, Mike tuvo que vender una de sus lujosas mansiones. Claramente, el comprador debía ser alguien con un tremendo poder adquisitivo; y quien puso 4.400.000 de dólares fue el músico 50 Cent.
Sin dudas, el valor de la megapropiedad ayudó para Mike Tyson afrontara su situación financiera y judicial, porque éstas lo estaban dejando 'knock out'.
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