El 2 de agosto de 2019 será recordado como uno de los días más tristes para los y las vecinas de Moreno: en horas de la mañana de ese día se produjo la explosión de una garrafa que se cobró la vida de Sandra Calamano, vicedirectora, y Rubén Rodríguez, que trabajaba como auxiliar docente a cargo de la portería.
Amargamente, los pobladores de Moreno decidieron organizarse para luchar contra la desidia estatal de María Eugenia Vidal (por ese entonces, gobernadora de Buenos Aires). Paralelamente, el director Juan Mascaró filmaba la película “Escuela bomba: dolor y lucha en Moreno” que contó la historia en diálogo con El Colectivo.
Mascaró contó: “El documental se filmó durante los primeros días de la explosión, durante 2019, en el barrio San Carlos en Moreno”. La película no pasó desapercibida y tuvo embates políticos para que no se mostrara: “Cuando quisimos estrenarla sufrimos la censura del Instituto de Cine y no pudimos hacerlo”.
Sin embargo, las fuerzas comunitarias y militantes hicieron posible que “Escuela bomba: dolor y lucha en Moreno” pudiera ser proyectada: “La película, de todas formas, se mostró profusamente en todo el territorio gracias a la invitación de gremios, centros culturales, organizaciones sociales, escuelas que las proyectaron”.
El director de la película también comentó que tuvo una implicancia importantísima para la lucha colectiva en Moreno: “Tuvo un recorrido de los más interesantes que puede tener un documental hecho de esta forma: militante, una herramienta de lucha , de organización que se hizo desde el departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján”.
Escuela bomba, a tres años de la explosión
Según Juan Mascaró, la situación edilicia en las escuelas todavía sigue siendo un problema: “Estamos lejos todavía de tener en todo el Gran Buenos Aires una situación edilicia ideal de las escuelas, sobre todo en el invierno con la calefacción y el gas, que fue uno de los problemas que tenía la Escuela 49 también”.
Sin embargo, en ese momento también hubo una fuerte implicación política: “En ese momento no solo había una desatención presupuestaria, sino la obligación a cualquier precio de abrir las escuelas y dictar clases. Ese cóctel es el que generó la situación de la explosión de agosto de 2018”.
Fuente: (Departamento de Educación UNLu)
Mascaró también contó: “Además, hubo una persecución administrativa mediante causas a personas que en un momento se negaron a abrir las escuelas en esas condiciones, como directivos, y también a participantes de la comunidad morenense que se organizaron, también, luego de esta situación en la lucha, que se extendió a todo el partido de Moreno por escuelas en condiciones, por trabajo digno, por educación de calidad”. Y finalizó:
“Este es un poco el panorama a tres años de esos asesinatos laborales: así lo llamó la comunidad de Moreno, por considerar que son las condiciones de infraestructura y la desatención del Estado sobre las escuelas las que fueron y son responsables de las muertes de Sandra y Rubén en ese momento”.