En 1924, en el contexto de los Juegos Olímpicos de París, los periodistas de todas partes del planeta que cubrían el evento deportivo conformaron la Asociación Internacional de la Prensa Deportiva. Fue un 2 de julio, y desde entonces la fecha quedó elegida para celebrar el Día Internacional del Periodista Deportivo.
El festejo nacional de los reporteros deportivos es el 7 de noviembre, en conjunto con el Día del Canillita. Pero si de celebrar se trata, bienvenida sea la fecha para homenajear a la legión de profesionales argentinos e internacionales que nos narran, de primera mano, la información que desprende la actividad deportiva.
De qué planeta viniste
En su día, y actualmente, Víctor Hugo Morales es un referente de la actividad, del profesionalismo con que se puede llevar el oficio y del compromiso en la comunicación —y en la vida fuera de los micrófonos—.
Su forma de relatar los partidos lo llevó a debutar con 16 años en su Uruguay natal, actividad que continúa realizando en la actualidad. Llegó a la Argentina en 1981 para sumarse al equipo de Sport 80 en Radio El Mundo. Creó para Radio Continental el programa Competencia, con el que consolidó su trabajo periodístico.
Ética y estética
Su refinado gusto por el arte y la cultura hacen que la propuesta de Víctor Hugo contenga más de lo que un periodista deportivo en general ofrece. Su forma poética de expresarse también acompaña, de manera inigualable, una visión del juego y de todo lo que lo rodea.
Esa formación lo impulsó, como a tantos ejemplos de periodistas deportivos, a tentarse con las temáticas fuera del deporte. Programas de música clásica, de entrevistas, noticieros de la mañana, de la tarde, en radio, televisión, Internet.
Será porque su relato histórico del gol más importante de todos los mundial está tatuado en nuestro ADN, o porque sus palabras parecen las de un libro lleno de emociones, pero también por su compromiso: Morales siempre ha permanecido coherente en sus formas y eso no pasa desapercibido.
Peleado desde siempre con los poderes centrales del fútbol, tuvo que disputar muchas batallas, legales y culturales, por no correrse de lo que piensa y defiende. Víctor Hugo Morales: otro que no sabemos de qué planeta vino.