Rodrigo Bueno falleció en la madrugada del 24 de junio de 2000, en un accidente automovilístico. El ídolo cuartetero perdió el control de su camioneta al regresar de un show en La Plata, y tanto él como el hijo del humorista Alberto Olmedo murieron al salir despedidos del vehículo.
La investigación duró años y trató de determinar qué había pasado esa fatídica noche del 23 de junio y las primeras horas del 24. Se fueron desarrollando innumerables teorías. Acusaciones de homicidio, balazos al parabrisas, intrigas del mundo tropical: todo entró en consideración para la Justicia, los medios y los apenados admiradores.
Rodrigo, para ese entonces, estaba en la pico de su éxito. Meses antes había llenado 14 Luna Park consecutivos, marcando un récord de presentaciones en el estadio. Sus discos de 1999 habían vendido miles de copias y, según lo que él contó en una entrevista de esos días, se enfocaba en llevar el cuarteto a todo el continente.
Pese a lo que se articula en automático, Rodrigo no murió por la acumulación de shows en una sola noche, con traslados alocados para llegar a tiempo de un lado a otro. Era una problemática del momento pero no fue lo que pasó. El cantante tenía agendado un solo show en la discoteca Escándalo, de City Bell —La Plata—.
En el anochecer, el cordobés participó de la grabación del programa La Biblia y el calefón, conducido por Jorge Guinzburg en Canal 13. Esa noche, como era habitual, la estrella rió e hizo reír a los presentes, entre los que se encontraban Georgina Barbarossa, Andrea Pietra e Ignacio Goano como invitados.
Al terminar, se dirigió a cenar a El Corralón junto a su representante, su compañera, su hijo y músicos de la banda. Allí se encontró con Fernando Olmedo, hijo del humorista Alberto Olmedo, a quien invitó al recital en La Plata. El show de Rodrigo tuvo cobertura del programa televisivo El Rayo, para el que Ignacio Goano trabajaba.
Fuente: Rodrigo El Potro Cuartetero Cordobes
Pese a que le ofrecieron que se quede a descansar y a que otras personas tomen el volante, Rodrigo insistió en conducir de regreso tras el fin del espectáculo. Mientras regresaba a la ciudad de Buenos Aires por la Autopista Buenos Aires-La Plata, otra camioneta lo sobrepasó de manera agresiva y El Potro salió a su persecución.
En las maniobras, la camioneta volcó, provocando que Rodrigo y Olmedo, ambos sin cinturón de seguridad puesto, salieran despedidos y se golpearan fuertemente, lo que provocó que fallecieran. El resto de los pasajeros sufrió heridas leves.
Aunque mucho se discutió sobre la relación de esa misteriosa camioneta con el mundo oscuro de las bailantas, nada de eso se pudo comprobar. Las acusaciones de homicidio que recayeron sobre el conductor fueron desestimadas en un juicio que encontró culpable al cuartetero por la muerte de Olmedo.