A Pablo Granados le tocó de cerca una situación de acoso callejero.
Con una profunda reflexión, Pablo Granados pidió a sus seguidores terminar de una vez por todas.
El humorista utilizó sus redes sociales para transmitir una situación que lo golpeó de cerca.
Resulta que, su novia Camila Delossan fue víctima de acoso callejero y le envió un audio relatándole lo mal que se sintió tras haber recibido una serie de improperios y guarangadas en la vía pública.
Ante esta situación, el actor no se quedó callado y volcó su enojo en las redes.
“Estoy harta de los tipos paj… te juro me dan ganas de llorar”.
“Tengo mucha bronca y malhumor, salí bárbara, hice tres cuadras y me dijeron de todo, guasadas, asquerosidades... No podés caminar, voy con el celular en la mano asustada, guardo todo. Me gritan de un camión, me dicen una asquerosidad. Horrible, la verdad horrible”, relató Camila en el audio que le envió a su pareja.
El antiguo humorista de ShowMatch se mostró molesto ante lo sucedido y expresó: “El 38,9 % de mis seguidores son hombres. Este video es para ellos. Paremos la mano, muchachos. Si tenés pareja, una hija, hermana o madre, pensá lo que sufre cada vez que sale a la calle y vive este calvario”.
“Es tristísimo recibir este mensaje de la persona que amas”.
Asimismo, el actor llamó a la reflexión de sus seguidores y les pidió: “Si te juntas con tus amigos a jugar al fútbol, a comer una pizza o ..., está bueno conversarlo en el grupo para que las mujeres dejen de pasar por estos momentos de mi.... que las llenan de miedo. Acordate, puede ser tu novia, tu hija, tu vieja. Aflojemos que estamos entrando en 2022 y eso no va más”.
Granados se cansó de estas situaciones y, apela a la conciencia social para erradicarla de una vez por todas.
Las cifras
El acoso callejero no es algo casual, se trata de una conducta que, según las encuestas, 9 de cada 10 mujeres es víctima.
Y en Argentina, el 90% de las mujeres lo ha sufrido al menos una vez en la vida.
Pese a que existen leyes que lo castigan, lo números no cesan.
Como dijo Pablo Granados, es hora de “parar la mano. No va más”.