El encuentro Argentina-Brasil estaba programado para el día de la fecha, 5 de septiembre, en San Pablo. Si bien comenzó, el partido no duró mucho: transcurridos solo 6 minutos desde el comienzo del primer tiempo, funcionarios sanitarios de Brasil interrumpieron el juego por las Eliminatorias Sudamericanas del Mundial de Qatar 2022.
En este contexto, el partido fue suspendido por el árbitro Jesús Valenzuela. Un fiscal ingresó a la cancha luego de la denuncia acerca de cuatro jugadores de la selección argentina que fueron acusados de violar las normas migratorias federales en relación a las nuevas normativas por la pandemia de COVID 19, tal como retoma Télam.
Los futbolistas argentinos Damián Martínez, Cristian Romero, Giovani Lo Celso y Emiliano Buendía se retiraron de inmediato, luego de este inédito suceso, al vestuario visitante de Arena Corinthians.
Los cuatro jugadores fueron denunciados por incumplimiento de la norma de ingreso a Brasil que establece que los viajeros extranjeros que provengan en los últimos 14 días de, entre otros lugares, el Reino Unido (como era el caso de los mencionados deportistas) no pueden ingresar al país.
Los invitados en el estadio también reaccionaron frente a la situación: 1500 hinchas brasileños insultaron en defensa de los jugadores del seleccionado albiceleste.
Según informan las fuentes, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil aconsejó que los futbolistas realizaran una cuarentena obligatoria y que se les impida permanecer en el país por violar las normas. Pero, al estar autorizados por FIFA y CONMEBOL, los futbolistas se trasladaron al estado en donde, luego de los himnos, comenzó el partido.
El fiscal ingresó al campo de juego con una orden en el bolsillo del pantalón con el objetivo de llevar a aislamiento a los cuatro jugadores. En este contexto, la selección mostró indignación y Lionel Messi expresó: “Hace tres días que estamos acá, ¿estaban esperando que empezara el partido para venir? ¿Por qué no avisaron antes?”.