Este lunes, Argentina cayó contra Brasil nuevamente. En el segundo amistoso consecutivo entre las dos selecciones, la nuestra fue derrotada 4 a 1 por el gran equipo del "jogo bonito".
En el segundo amistoso internacional del equipo argentino bajo la conducción técnica de Germán Portanova, Argentina volvió a caer, pero mostró una idea de juego clara.
Se trata de una apuesta al protagonismo nacional, de un compromiso con buscar el juego teniendo la pelota y arriesgando, lejos del planteo del entrenador anterior, Carlos Borrelo, donde el planteo consistía en “no comerse diez goles”.
Portanova parece haberle subido la autoestima al combinado argento. Además, el flamante director técnico repatrió a Bonsegundo, una estrella que había sido desestimada por el conservador Borrelo.
Las diferencias de jerarquía entre un equipo y otro se explican, más que nada, por la antigüedad del profesionalismo femenino en Brasil, en contraste con el incipiente proceso de semiprofesionalización local.
El buen pie de las brasileras también fue un factor que contribuyó, pero la técnica exquisita es el reflejo de inversiones, de procesos de formación arduos y de una paridad salarial con el plantel masculino que en Argentina parece utópica.
El combinado nacional sufrió una derrota amistosa contra un equipo de elite a nivel mundial y donde juega nada menos que Martha, la mejor futbolista de la historia.