Laurel Hubbard vino a romper todos los esquemas. Después de mucho andar y luchar, se convirtió en la primera mujer trans en participar de los Juegos Olímpicos en la disciplina de levantamiento de pesas o halterofilia. Desde El Colectivo, te invitamos a conocer más de su historia.
Desde el comité olímpico neozelandés, se dio a conocer que Hubbard reunía todas las condiciones para poder participar de los Juegos en Tokio después de que se sometiera a varios tratamientos para llegar al nivel hormonal establecido para la competencia.
La pesista Laurel Hubbard lleva un largo camino recorrido desde que en 2012 empezó con su transición y tuvo que alejarse de su pasión por competir en levantamiento de pesas.
Es recién en 2017 que tuvo la autorización por parte de la Federación Internacional de levantamiento de pesas para poder empezar a competir nuevamente.
En ese momento, Kereyn Smith, director ejecutivo del Comité Olímpico de Nueva Zelanda había expresado:
Reconocemos que la identidad de género en el deporte es un tema muy delicado y complejo que requiere un equilibrio entre los derechos humanos y la equidad en el campo de juego
Fuente:(EsTrending)
Desde ahí los éxitos no pararon de llegarle: en ese mismo año (2017) logró una medalla de plata en los campeonatos mundiales; dos oros en los juegos de la mancomunidad (2017 y 2019) y otros dos oros en los campeonatos continentales de Oceanía.
La pesista neozelandesa marcó un largo camino hacia un deporte más inclusivo en medio de debates transfóbicos y críticas por su condición, aunque su nivel de testosterona es mucho más bajo de lo que el comité de los Juego Olímpicos dispone.
La historia de las identidades trans en los deportes olímpicos
El Comité Olímpico Internacional (COI) dispuso en 2003 unas normativas que resultaron bastante polémicas para la comunidad trans. Las personas debían:
- Realizarse una gonadectomía, es decir un cambio de genitalia;
- Además se les pedía un reconocimiento legal del cambio de género;
- Y por último niveles hormonales adecuados.
Las normativas causaron polémicas desde la perspectiva de los Derechos Humanos (exigir la gonadectomía), además de que se alega que no en todos los países se reconocen las identidades trans como legales.
Después de este revuelo, el COI solo exige que las mujeres trans tengan 10 nanomoles en un litro de sangre para poder participar de los Juegos Olímpicos. Esta disposición, que se hizo efectiva en 2015, permitió que muchas más mujeres trans e identidades no hegemónicas pudieran competir en estas importantes instancias deportivas.