La delegación de Boca Juniors fue protagonista de un incidente en la noche brasileña del 20 de julio, luego del partido contra Mineiro, en el cual Boca quedó eliminado de la Copa Libertadores.
Según trascendió, la delegación xeneize protagonizó una pelea con los efectivos de seguridad del vestuario en el estadio Mineirão de Belo Horizonte, Brasil. Luego del incidente, demoraron a los jugadores Carlos Zambrano y Sebastián Villa.
Se los acusa de “crímenes contra el patrimonio”, tal como explicó el entrenador Miguel Ángel Russo ante la negativa por parte de la policía militar para que Boca se dirija al aeropuerto.
Según se informó, el principal conflicto estuvo en manos de un miembro del Consejo de Fútbol, Raúl Cascini, y una persona de seguridad. En momentos posteriores, el incidente escaló a otros miembros de la delegación, incluidos jugadores que intentaron meterse en el vestuario local.
Como explica TyC Sport, ocho integrantes de Boca debieron declarar en la comisaría. Todo el cuerpo xeneize tuvo que pasar la noche en el colectivo fuera de la comisaría y no pudo regresar al hotel. En relación con el viaje hacia el aeropuerto, Russo dijo: “Nos vamos todos o no se va ninguno”.
Carlos Zambrano, defensor de Boca, luego de los incidentes ocurridos en el vestuario del estadio brasileño, escribió en su cuenta oficial de Twitter: "Una vergüenza, un abuso, un desastre".
Es una pena que el fútbol termine así y se definan las cosas de esta manera
También el vicepresidente de Boca Juniors, Juan Román Riquelme, en diálogo con TyC Sport, comenta: "Lo que ha pasado en nuestro estadio, en el partido de Cerro Porteño, lo de esta noche... Es ordinario. No la estamos cuidando a la Copa. Siempre fue un torneo muy serio".