Llega el mes de septiembre y con él el recuerdo uno de los atentados más tristes que tuvo el mundo entero. El 11 de septiembre de 2001 (11S), dos aviones impactaron contra las Torres Gemelas, y dejaron a su paso miles de muertos y heridos.
Todos y todas las argentinas recordamos qué hacíamos ese día, cómo nos tomamos la noticia y de qué manera impactó en la política social por aquellos años. Lo que muchos no sabemos es que nuestro país fue la cuna de sanación para un estadounidense que se la jugó y se radicó en nuestras tierras buscando paz y, por qué no, amor.
Él se llama David English y, desde El Colectivo, tuvimos la chance de preguntarle cómo ha cambiado su vida al llegar a nuestro vasto y generoso país que ha sabido acogerlo como un argentino más, después de haber sobrevivido al atentado de las Torres Gemelas en 2001.
20 años después, David cuenta que semanas después del atentado del 11S, su vida cambió rotundamente y es ahí cuando, en busca de paz, libertad y contención viajó a Ushuaia, región del sur de nuestro país.
Allí, el frío de los hielos continentales lo acogió y David se empezó a enamorar de Argentina, un país latinoamericano que, por ese entonces, en 2001, gobernaba Fernando de la Rúa. Con una marcada decisión de poder quedarse aquí, David recorrió toda nuestra nación hasta encontrar la provincia de sus amores: Mendoza.
Pero ¿qué hace un estadounidense radicado en Argentina? Esta pregunta es fácil de responder para quienes amamos nuestra patria. Pero en un contexto en el que los medios de comunicación nos hacen creer que Argentina es el “peor país del mundo”, a veces es difícil creer que Argentina sí es una nación digna de habitar y amar.
“Argentina tiene una medida, un porcentaje de comunidad mucho más alta, más fuerte que muchos lugares del mundo y por eso siempre digo: ‘los argentinos deberían pensar dos veces antes de irse o hablar mal del país o decir que todo es una porquería'”, dijo David ante la pregunta sobre qué es lo que más le gustó de nuestra nación.
Además, reconoció tres puntos claves que para David son la felicidad plena. Lo primero (que a nosotros se nos hizo costumbre): “Saludar con un beso y un abrazo, muy pocos países hacen eso”. Dijo y continuó: “Poder ir al mediodía al colegio de mi hijo y llevarlo a almorzar a mi casa”, y por último: “En Mendoza, la siesta sagrada”.
Como puede apreciar el lector o lectora de esta nota, lo que maravilla a un estadounidense de nuestro país son las cosas más simples de nuestra cultura, que tienen que ver con la cercanía entre los ciudadanos, la proximidad y la charla con los seres queridos y, claro, el tiempo de ocio.
“Nadie te quita lo bailado”
La frase vox populi de cabecera “nadie te quita lo bailado”, ha impresionado sobremanera a David, que contó:
Después de haber sobrevivido al 11 de septiembre, aprender esa frase fue fantástico, fue mi proceso de sanación y no preocuparme tanto por lo que estoy planificando o preparando
Emocionado, David reflexiona: “Por eso vivo en Argentina y por eso pienso que me ha ayudado mucho el país y los argentinos. Pasar por un largo proceso de sanación, ha sido un país ideal para eso”.