Hay algo mágico en el momento en que el horno libera el aroma de una focaccia recién horneada: el perfume del romero fresco, el ajo y el pan esponjoso nos transporta directo a las calles de Italia. ¿Querés aprender a hacerla en casa y sorprender a todos con un pan digno de panadería gourmet? Te compartimos una receta fácil, sabrosa y con ese toque artesanal que lo hace todo más rico.
Ingredientes que despiertan los sentidos
400 cc de agua
500 g de harina 0000
25 g de levadura fresca
1 cucharadita de azúcar
1 cucharada de sal
2 cucharadas de aceite de oliva
Romero fresco
Aceitunas
Ajo
Sal y pimienta
Paso a paso para lograr la focaccia perfecta
Disolvé la levadura y el azúcar en el agua tibia.
Incorporá el aceite de oliva, la harina y la sal. Mezclá hasta obtener una masa rústica y pegajosa.
Tapá el bowl con un repasador y dejá reposar una hora hasta que la masa crezca.
Hacé pliegues a la masa formando un cuadrado, dejando que descanse entre cada uno para ganar elasticidad.
Llevá la masa a un tupper aceitado, tapalo y dejalo reposar en la heladera toda la noche.
Al día siguiente, aceitá una fuente rectangular, colocá papel manteca y estirá la masa con las manos.
Decorá con ajo picado, ramitas de romero y aceitunas. Rociá con aceite de oliva, salpimentá
¡Al horno! Cociná a 200 °C durante 20 minutos o hasta que tome ese dorado tentador.
Listo para servir
Doradita, fragante, y con esa miga esponjosa que amamos, esta receta de focaccia es ideal para acompañar una tabla de quesos, una buena pasta o simplemente disfrutar con aceite de oliva y un poco de sal marina.