Si hay un clásico de la gastronomía que ha trascendido generaciones y fronteras, son los grisines. Originarios de Italia en el siglo XVII, estos crujientes palitos han evolucionado con el tiempo, sumando sabores y combinaciones irresistibles. Hoy te traemos una versión innovadora, donde la cebolla y el queso se unen para darle un giro delicioso a esta receta.
Ingredientes para unos grisines irresistibles
150 g de harina de avena
80 g de queso rallado al gusto
3 cucharadas de aceite de oliva
2 tallos de cebolla de verdeo
Agua (cantidad necesaria)
Paso a paso para lograr la mejor textura
Saltea la cebolla: Pica finamente los tallos de cebolla de verdeo y llévalos al fuego hasta que desprendan su aroma irresistible.
Integra los ingredientes: En un bowl, combina harina de avena, queso rallado, aceite de oliva y la cebolla dorada, mezclando con entusiasmo.
Forma la masa: Añade agua poco a poco, amasando hasta que tenga una textura manejable y uniforme.
Extiende y hornea: Estira la masa sobre una bandeja, corta en tiras finas y hornea a 180°C por 10-15 minutos, buscando ese dorado tentador.
Disfruta el resultado: Saca del horno y prepárate para saborear cada bocado crujiente y aromático.
Un snack versátil y lleno de posibilidades
Estos grisines no solo son deliciosos y fáciles de hacer, sino que puedes personalizarlos:
Prueba distintas harinas (integral, centeno, clásica 0000).
Cambia la cebolla por orégano, tomillo o provenzal para un toque distinto.
Acompáñalos con dips y salsas para potenciar su sabor.
¿Listo para innovar en la cocina?
Con esta receta, transformarás los grisines en el snack estrella de tus reuniones. ¿Te animas a probarlos?