La ruda no es solo una de las plantas aromáticas más antiguas y veneradas: también es símbolo de protección, salud y buena fortuna. Su nombre científico es Ruta graveolens y su presencia en jardines y balcones es habitual tanto por sus propiedades medicinales como por su mística energética. Pero también es una de las más sensibles... y muchas veces termina marchitándose sin explicación aparente.
¿Te pasó que tu ruda se seca sin razón? ¡No desesperes! Acá te contamos los tres motivos más comunes y cómo revertir la situación con una sencilla guía de cuidados.
Las tres razones más frecuentes por las que tu ruda se marchita
Exceso de sol o calor extremo: A pesar de ser una especie resistente, las temperaturas superiores a 35?°C o el sol directo por muchas horas pueden dañarla seriamente.
Macetas pequeñas o raíces comprimidas: Si la planta no tiene espacio para crecer libremente, sus raíces se estresan y eso se refleja en su salud general.
Energías negativas: Según muchas creencias populares y usuarios, la ruda es muy receptiva a las vibras del entorno, y si alguien con malas intenciones la toca… ¡puede comenzar a secarse!
Guía práctica para una ruda feliz, fuerte y protectora
Ubicación ideal: Semisombra o sol filtrado. Nunca la dejes bajo sol directo por largas horas.
Maceta adecuada: Si la cultivás en contenedor, cambiá de maceta una vez al año para darle más espacio a sus raíces.
Cuidado energético: Evitá que personas externas la manipulen, especialmente si confiás en su energía protectora.
Desde hace siglos, la ruda se valora como una planta capaz de ahuyentar lo negativo y atraer lo positivo. Por eso, si sos de quienes creen en su poder, cuidarla no solo es un acto de jardinería: es también una forma de cultivar armonía en el hogar.