Si estás buscando una suculenta que aporte frescura, textura y un toque exótico sin pedir demasiado a cambio, la Monstera mínima —también conocida como Rhaphidophora tetrasperma— es todo lo que necesitás.
Proveniente de las zonas tropicales del sur de Tailandia y Malasia, esta suculenta se ha convertido en una de las favoritas del diseño de interiores por su tonalidad verde intensa y hojas con hendiduras únicas que la asemejan a la clásica "Costilla de Adán".
¿Un dato curioso? Aunque muchos la confunden con la Monstera deliciosa, la mínima es una especie totalmente distinta: más compacta, más adaptable… ¡y con una estética que roba miradas al instante!
Guía de cuidados para una Monstera mínima esplendorosa
Iluminación perfecta: Le encanta la luz, pero siempre filtrada. Evitá el sol directo, ya que puede amarillear sus hojas.
Sustrato ideal: No es exigente, pero se desarrolla mejor con una mezcla aireada: 50% sustrato universal, 30% perlita, 10% humus de lombriz, 10% fibra de coco
Riego equilibrado: Solo cuando el sustrato esté completamente seco. Por lo general, una vez por semana, menos en verano.
Abono potente: Como crece rápido, usá fertilizantes líquidos de liberación rápida durante los meses cálidos.
Tamaño de maceta: Prefiere macetas pequeñas. Evitá trasplantes frecuentes porque puede estresarse y perder hojas. Una reubicación por año, como máximo, es suficiente.
Gracias a su tamaño compacto y su imponente presencia, la Monstera mínima es perfecta para decorar bibliotecas, mesas auxiliares, escritorios o rincones con encanto. Su estilo tropical y su simplicidad en los cuidados la hacen una de las suculentas más buscadas por amantes del verde y la jardinería minimalista.