La confusión más extendida es creer que el Afelio, al ser el punto más distante del Sol, es el causante de las bajas temperaturas o de fenómenos climáticos extremos. Esta premisa es incorrecta. La distancia de la Tierra al Sol tiene un impacto insignificante en la determinación de las estaciones del año y, por ende, en el clima global.
La razón fundamental de nuestras estaciones radica en la inclinación del eje de rotación de la Tierra. Nuestro planeta no gira verticalmente con respecto a su órbita, sino que su eje está inclinado aproximadamente 23.5 grados. Esta inclinación es la que dicta cuánto y cómo la luz solar incide sobre las diferentes partes del mundo a lo largo del año:
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Verano: Cuando un hemisferio está inclinado hacia el Sol, recibe rayos solares de forma más directa (con un ángulo de incidencia mayor) y durante más horas al día. Esto concentra la energía solar y eleva las temperaturas. Por ejemplo, en julio, el hemisferio norte experimenta su verano porque está inclinado hacia el Sol, a pesar de que la Tierra esté en su punto más lejano.
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Invierno: Cuando un hemisferio está inclinado lejos del Sol, los rayos solares inciden de forma más oblicua (con un ángulo de incidencia menor) y durante menos horas al día. Esto dispersa la energía solar y provoca temperaturas más frías. Así, en julio, el hemisferio sur atraviesa el invierno, precisamente porque está inclinado lejos del Sol, no por la distancia del afelio.
Si la distancia al Sol fuera el factor principal, ambos hemisferios experimentarían las mismas estaciones al mismo tiempo, lo cual, como sabemos, no ocurre. De hecho, cuando estamos en perihelio (más cerca del Sol) en enero, el hemisferio norte está en invierno, mientras que el hemisferio sur disfruta del verano. Esto demuestra que la inclinación axial domina completamente la influencia de la distancia orbital.
El Afelio NO es un Fenómeno de Cambio Climático ni una de sus Consecuencias.
Aquí es donde la claridad es más vital. Es imperativo diferenciar el Afelio de los fenómenos de cambio climático y sus consecuencias reales.
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El Afelio: Es un evento astronómico natural, predecible y recurrente. Ha ocurrido durante millones de años y seguirá ocurriendo mientras la Tierra mantenga su órbita elíptica. No es una anomalía, no está alterando los patrones climáticos y, por lo tanto, no es una consecuencia del cambio climático. Su existencia no se ve afectada por las emisiones de gases de efecto invernadero ni por la actividad humana.
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El Cambio Climático y sus Consecuencias: Por otro lado, el cambio climático es un fenómeno complejo y multifacético, predominantemente impulsado por la actividad humana desde la Revolución Industrial. La quema de combustibles fósiles, la deforestación y otras prácticas industriales y agrícolas han liberado cantidades masivas de gases de efecto invernadero (como CO2, metano y óxido nitroso) a la atmósfera, atrapando el calor y provocando un aumento sostenido de la temperatura global. Este calentamiento global tiene consecuencias tangibles y alarmantes:
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Aumento de Temperaturas Medias: Observamos récords de calor a nivel global, con olas de calor más frecuentes e intensas.
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Eventos Climáticos Extremos: Sequías prolongadas, inundaciones devastadoras, tormentas más potentes y deshielo acelerado de glaciares y casquetes polares.
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Ascenso del Nivel del Mar: Amenazando zonas costeras y ecosistemas vulnerables.
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Acidificación de los Océanos: Con un impacto directo en la vida marina.
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Alteración de Ecosistemas: Desplazamiento de especies y pérdida de biodiversidad.
Es crucial entender que la preocupación por el cambio climático es legítima y se basa en décadas de investigación científica robusta. Desviar la atención hacia fenómenos astronómicos naturales como el afelio, presentándolos erróneamente como nuevas amenazas climáticas, solo debilita el mensaje urgente sobre la necesidad de acción climática.
El Afelio no es un "nuevo fenómeno climático" ni una consecuencia preocupante del calentamiento global. Es un evento astronómico normal que ocurre cada año y que, paradójicamente, nos encuentra en verano en un hemisferio y en invierno en el otro, demostrando la supremacía de la inclinación axial de la Tierra sobre la distancia orbital en la determinación de las estaciones.
Para un profundo conocimiento del afelio, hay una aguda conciencia de la diferencia entre los ciclos naturales de nuestro planeta y las alteraciones inducidas por el ser humano. En un mundo cada vez más susceptible a la desinformación, la alfabetización científica se convierte en una herramienta indispensable para comprender los verdaderos desafíos y tomar decisiones informadas sobre el cuidado de nuestro medio ambiente y la mitigación de las verdaderas consecuencias del cambio climático.