Pilar Sordo, Psicóloga, Escritora y conferencista Chilena, así lo expresó en una reciente entrevista con María Laura Santillán, donde abordó uno de los males silenciosos de nuestro tiempo: la incapacidad de habitar el presente.
Sordo, con su estilo claro y empático, sostiene que vivimos atrapados en un “modo anticipación”, donde todo lo que hacemos está condicionado por lo que podría pasar. “¿Para qué me levanto?”, se pregunta, y con esa pregunta interpela a una sociedad que ha perdido el sentido del aquí y ahora. En su libro Del amor propio al amor al otro, profundiza esta idea: la desconexión con uno mismo y con el presente es una de las causas más frecuentes de malestar emocional.
La trampa del control y la ansiedad del porvenir
El exceso de futuro no solo genera ansiedad, sino que también nos aleja de lo esencial. En palabras de Pilar Sordo, “en el presente, aquí, en este instante, no hay problemas”. Es en la proyección constante donde se incuban los miedos, las frustraciones y la sensación de vacío. La paradoja es evidente: cuanto más intentamos controlar lo que viene, más nos desbordamos emocionalmente.
Este fenómeno se refleja en múltiples planos: desde la crianza hasta el trabajo, desde las relaciones hasta la salud mental. Vivimos planificando, previniendo, postergando. Y en ese afán, dejamos de sentir, de escuchar, de mirar a los ojos. Como señala la autora, “nos enfermamos por falta de vocabulario”, por no saber nombrar lo que nos pasa en el presente.
Volver al presente como acto de rebeldía emocional
Recuperar el presente no es solo una consigna espiritual: es un acto de salud mental. Sordo propone herramientas concretas para lograrlo: la pausa, la gratitud, la flexibilidad, el diálogo interno y la conciencia de que lo único que podemos controlar es nuestra actitud frente a lo que sucede.
En un mundo que nos empuja a correr, detenerse puede ser revolucionario. Y en una cultura que premia la productividad, elegir el silencio, la contemplación o el disfrute sin culpa es casi un acto de resistencia.
Una invitación a vivir con propósito
El mensaje de Pilar Sordo no es pesimista, sino profundamente humano. Nos recuerda que la felicidad no está en lo que vendrá, sino en cómo habitamos lo que ya es. Que el amor propio comienza por reconocernos en el presente, con nuestras luces y sombras. Y que quizás, la pregunta no sea “¿qué va a pasar?”, sino “¿qué estoy sintiendo ahora?”.