Cuando bajan las temperaturas y los días se acortan, muchos creen que es momento de olvidarse de los cactus... pero nada más lejos de la realidad. Estas plantas, famosas por su bajo mantenimiento y amor por el calor, también pueden atravesar el invierno con estilo, siempre y cuando les demos una ayudita extra para enfrentar los meses más fríos.
El primer truco infalible es moderar el riego. Durante el invierno, muchas plantas, incluso los cactus, entran en reposo, y el exceso de agua puede ser su peor enemigo. Con una frecuencia de riego mensual —o incluso menor, según el ambiente— evitarás el riesgo de pudrición en las raíces. Recordá que menos es más.
Otro aspecto clave es la temperatura: si bien algunas variedades toleran el frío, lo ideal es que no estén expuestas a ambientes por debajo de los 10 grados. Refugiarlos en espacios cálidos y bien ventilados, como interiores soleados o invernaderos improvisados con botellas plásticas, puede marcar la diferencia entre un cactus radiante y uno en apuros.
La luz sigue siendo un factor esencial. A pesar del recorte solar invernal, es vital ubicar los cactus cerca de ventanas con buena entrada de luz natural. Además, evitá los cambios bruscos de temperatura: nada de sacarlos al exterior de golpe si están cómodos en un ambiente cálido.
Te podría interesar
Finalmente, no descuides el sustrato. Una mezcla con buen drenaje, idealmente con arena y perlita, mantiene a raya la humedad indeseada. Y aunque la fertilización intensa debe esperar, un abono suave a fines del invierno puede ser el empujón justo para que florezcan con fuerza en primavera.