Hoy, en tu cumpleaños, Santiago, queremos detenernos un momento para celebrar no solo un año más de tu vida, sino también la magnitud de tu camino, tu incansable entrega y el profundo impacto que has generado en todos los que tenemos la fortuna de conocerte. Es un día para reconocer y agradecer, desde lo más hondo de nuestro corazón, la huella imborrable que has dejado y sigues dejando.
Recordamos con especial emoción tus compañías, esas batallas compartidas, desafíos superados y victorias celebradas. En cada una de ellas, tu figura se alza como un faro de resiliencia y compromiso. Tu visión, tu capacidad para liderar y tu constante búsqueda de la excelencia han sido, sin duda, un motor inspirador.Hoy, más que nunca, tu padre estaría inmensamente orgulloso. Su legado, visible en cada uno de tus actos, se fusiona con tu propia brillantez para crear un camino único, marcado por la integridad y la pasión. Es en esa continuidad, en ese respeto por las raíces y en la audacia de mirar hacia el futuro, donde reside gran parte de tu grandeza.
La palabra agradecimiento se queda corta para expresar lo que sentimos por tu dedicación. Tu generosidad no tiene límites, y tu apoyo incondicional ha sido un pilar fundamental en innumerables momentos. Ver tu ética de trabajo, tu persistencia frente a la adversidad y tu inquebrantable espíritu de servicio es, para nosotros, una lección diaria.Sentimos una profunda admiración por tu trayectoria, por la forma en que enfrentas cada desafío y por la templanza con la que construyes tus sueños. Tu capacidad de inteligencia se refleja en cada decisión, en cada análisis profundo, y en tu habilidad para transformar obstáculos en oportunidades.
Pero más allá de los logros y los éxitos, lo que más valoramos es tu humanidad. Tu respeto por los demás, tu cercanía y tu don para entender las necesidades de quienes te rodean te convierten en una persona excepcional.