Marvel Studios, una de las productoras de vanguardia dentro de la industria del entretenimiento, apostó fuerte con Thunderbolts, película que prometía cerrar con broche de oro la Fase 5 del MCU. Con un enfoque innovador centrado en antihéroes y un elenco de lujo encabezado por Sebastian Stan, Florence Pugh y David Harbour, la cinta recibió excelentes críticas.
Sin embargo, el entusiasmo no se tradujo en éxito financiero debido a que los fans de la franquicia no se sintieron particularmente atraidos hacia la propuesta de reunir a estos antihéroes carismáticos: con una recaudación de $369.9 millones, quedó lejos de los $500 millones necesarios para cubrir costos y generar ganancias.
El fracaso en taquilla ha sido un golpe inesperado para Disney, que ahora enfrenta una pérdida proyectada de $100 millones. La apuesta por personajes menos convencionales y una narrativa alejada de los tradicionales Vengadores no logró captar la atención del público masivo. Aunque la película tuvo un desempeño inicial similar al de Capitán América: Un Nuevo Mundo (que recaudó $415 millones), su rendimiento final se asemeja más al de The Marvels, que apenas alcanzó $205 millones.
Este revés reaviva el debate sobre la estrategia de Marvel Studios. La compañía ha intentado priorizar la calidad sobre la cantidad, pero los resultados financieros no han respaldado este enfoque. La fatiga del género de superhéroes y la falta de figuras icónicas como Iron Man o el Capitán América parecen estar afectando el interés del público. ¿Es momento de replantear el rumbo del MCU?
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Con futuros estrenos como Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos y Avengers: Doomsday en el horizonte, Marvel Studios tiene la oportunidad de recuperar su dominio en la taquilla. Sin embargo, Thunderbolts deja una lección clara: no basta con buenas críticas y un elenco talentoso, el público reclama una historia que realmente los atrape y los convoque a una sala de cine.