Entre las especies de aspecto singular, destaca sin duda la Sedum hernandezii. Esta suculenta no solo tiene una apariencia única, sino que también sobresale por su increíble resistencia y adaptabilidad.
Esta preciada suculenta del género Sedum ha demostrado que puede crecer exitosamente con muy pocos cuidados, lo que la hace perfecta incluso para quienes recién se inician en el mundo de la jardinería.
La Sedum hernandezii se caracteriza por su aspecto súper atractivo, capturando todas las miradas con sus hojas de color verde brillante, carnosas y agrupadas a lo largo de finos tallos de color arena amarilla, de poco más de 1 centímetro de diámetro. ¡Es simplemente fascinante!
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Lo más llamativo de estas hojas es su aspecto agrietado, una peculiaridad que comparte con otros ejemplares de la misma familia, como la Sedum furfuraceum. Y como si fuera poco, esta suculenta de gran valor ornamental también produce preciosas flores amarillas en forma de estrellas, que aparecen durante el invierno y la primavera.
Más allá de su encantadora apariencia, esta suculenta nativa de México es considerada una verdadera "todoterreno". Tolera una amplia variedad de condiciones y puede ubicarse en cualquier rincón del hogar. Además, tiene una alta tolerancia a los cambios de clima en las estaciones del año, resistiendo temperaturas bajo cero y climas secos y calurosos.
En definitiva, para esta preciosa Sedum hernandezii, lo único importante es que el sustrato tenga un correcto drenaje, ya que es intolerante a los encharcamientos.
Sobre su reproducción
Existen dos formas de reproducir esta valiosa suculenta. Una es cultivar en nuevas macetas los pequeños retoños que arroja la planta madre durante su crecimiento, permitiendo así darle continuidad a la especie fácilmente.
La otra opción es mediante esquejes de sus hojas carnosas o tallos. Solo debes tener en cuenta la cicatrización de la zona de corte antes de sembrar esta parte de la suculenta en un nuevo sitio para asegurar su éxito.