Las suculentas son siempre una elección acertada cuando se trata de decorar el hogar, tanto en interiores como en exteriores. Si buscas una planta con historia y belleza inigualable, la suculenta Corona de Cristo es la elección perfecta.
Conocida también como Euphorbia milii o planta corona de espinas, esta suculenta tiene un encanto especial que va más allá de su apariencia.
Historia y características
Proveniente de Madagascar, la Corona de Cristo es un arbusto que puede superar el metro de altura. Su nombre tiene una conexión histórica y religiosa, ya que se dice que fue la planta utilizada para la confección de la corona de espinas de Jesús. Este dato la convierte en una planta no solo hermosa sino también cargada de significado.
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Lo que la hace destacar son sus llamativas brácteas de color rojo o rosado que rodean sus flores. Es una planta muy resistente y puede florecer durante todo el año si se cuida adecuadamente. ¡Imagínate disfrutar de su esplendor en cada estación!
Cuidados para una Corona de Cristo radiante
Sustrato: No es muy exigente en cuanto al sustrato, pero necesita un buen drenaje. Una mezcla de turba y arena de río o fibra de coco es perfecta. Si la plantas en el jardín, asegúrate de que no se estanque el agua.
Iluminación: La Corona de Cristo adora la luz del sol. Colócala en un lugar donde reciba luz solar directa para que se desarrolle mejor y produzca más flores. En interiores, si recibe demasiada luz solar directa, podría sufrir quemaduras, pero no te preocupes, se recuperará rápidamente.
Temperatura: Originaria de un hábitat tropical, esta planta prefiere temperaturas entre 20° y 30°C. No tolera bien las temperaturas bajas ni los veranos muy calurosos y secos.
Riego: Esta suculenta puede soportar largos periodos sin agua. Riégala solo cuando el sustrato esté completamente seco. Cuando lo hagas, asegúrate de darle un riego abundante, pero evita el encharcamiento.