Los motivos por los cuales se elige determinada planta para el jardín son diversos, pero en el caso de la Cestrum nocturnum, sin dudas, es la exquisita fragancia que arroja durante las últimas horas del día.
Sucede que esta planta arbustiva y trepadora, también conocida como “Galán de noche” ha demostrado ser la indicada para el jardín cuando lo que se busca es conseguir una fragancia tan intensa que se la puede percibir desde lejos.
Hablamos de una especie muy famosa en el mundo, pero nativa de zonas tropicales de América, la cual se destaca por un crecimiento rápido y porque puede alcanzar los 5 metros de altura en su hábitat natural.
Sin embargo, uno de sus principales atractivos son sus flores, ya que pese a su pequeño tamaño, llaman mucho la atención porque se presentan en forma de racimos cortos. Estas pueden ser de color blanco o amarillo verdoso, de forma tubular, que durante la noche se abren para esparcir su exquisito olor.
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Por otro lado, debemos decir que durante la etapa de floración, la cual se extiende de junio a octubre, las flores de la Cestrum nocturnum atraen a una gran cantidad de insectos polinizadores al jardín.
Incluso, una vez que son polinizadas, esta especie produce como fruto unas bayas globosa de pequeño tamaño y de color blanco, en donde contiene las semillas que se sueñen emplear para su reproducción.
En conclusión, estamos ante una planta de porte arbustivo muy solicitada por su aroma suave y penetrante, característico de las noches de verano, el cual está acompañado por un follaje verde intenso y unas flores tan bonitas que se convierte en una especie digna de admirar cada día en el jardín.
Cuidados del Galán de noche
Por otro lado, debemos decir que esta especie, a la cual muchos conocen como “Dama de noche”, necesita de unos cuidados básicos para lucir siempre sana y fuerte. Entre ellos, es fundamental su ubicación, ya que necesita recibir una buena dosis de iluminación, motivo por el cual recomiendan cultivar a pleno sol o en semisombra.
Al mismo tiempo, su riego debe ser moderado, aunque sin llegar a un encharcamiento. La frecuencia adecuada sería cada dos días durante el verano y dos veces a la semana durante las estaciones frías.
En definitiva, esta preciada planta se adapta a casi todos los tipos de suelo y mientras crezca en una tierra rica en nutrientes y con un buen drenaje, podrá lucir a pleno su distinguida floración y con su deliciosa fragancia perfumará todo tu jardín al final de cada día.