Tener en casa puertas o ventanas de metal con zonas totalmente oxidadas pueden provocar una apariencia descuidada y carente de mantenimiento, aunque lo más grave es que se trata de un problema que puede empeorar y causar un deterioro irreversible.
Sin embargo, para que las aberturas que están expuestas a la intemperie dejen de verse oxidadas, puedes apelar a este truco de limpieza y los beneficiosos efectos de algunos ingredientes que tienes en casa para dejarlas como nuevas.
Lo mejor es que nunca más tendrás que recurrir a productos químicos que resultan nocivos para la salud, ya que gracias a las propiedades de estos económicos ingredientes, tus puertas y ventanas quedarán relucientes.
El primero de estos trucos consiste en rociar con sal toda la zona que se encuentre cubierta de óxido, para luego arrojar allí jugo de limón. Tras dejar actuar estos productos por algunas horas, deberás frotar con un cepillo de dientes para remover el material y por último limpiamos la superficie con un paño limpio.
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Otra opción muy efectiva es la que tiene al vinagre como protagonista. Sucede que se trata de un líquido que ha demostrado ser muy efectivo para eliminar el óxido del metal, por lo que ante este problema, termina siendo imprescindible.
Para comprobarlo, hay que sumergir un paño en vinagre y dejarlo sobre la zona afectada, por lo menos, dos horas. Seguidamente, con un paño limpio se deben quitar los residuos y allí podremos apreciar que el metal recuperó su color original.
Un aliado de la limpieza
Por último, vamos a necesitar una buena cantidad de bicarbonato de sodio, este producto considerado como un gran aliado de la limpieza debido a que su efecto abrasivo permite remover hasta las manchas más difíciles, incluso, las del óxido.
En este caso, será necesario elaborar una mezcla de consistencia casi cremosa con el bicarbonato y un poco de agua, la cual aplicaremos sobre los sectores percudidos, y al cabo de unos minutos debes flotar cada parte con un cepillo de dientes en desuso.
Finalmente, vas a retirar los restos con un paño seco y limpio y podrás admirar que el color y el aspecto de tus puertas y ventanas volvió a ser el de antes, gracias a este efectivo y sencillo truco de limpieza.