El comportamiento de nuestros perros implica que muchas veces nos cuesta entender la forma correcta de educarlos para que sus conductas indeseables, como orinar en la alfombra, morder o romper las cosas, dejen de ocurrir.
Entonces, es allí cuando el castigo cobra protagonismo. Sin embargo, según la piscología canina, hay algunas cosas que debes saber antes de castigar a tus perros como acto educativo, ya que eso servirá para que efectivamente la mascota mejore su comportamiento.
Es que cuando un perro hace alguna “travesura”, la reacción más común es gritarle, dejar de jugar con él o hasta negarle un snack. No obstante, esto solo aumenta su nivel de ansiedad, miedo y estrés, por lo que se considera como un castigo negativo.
Ante esto, y teniendo en cuenta numerosos estudios que se han publicado al respecto del vínculo del animal con el humano, se podría decir que existen algunas formas mucho más sencillas de emplear durante el día a día para que nuestros canes entiendan que algunas de sus acciones no son correctas.
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Si bien en la actualidad existen escuelas de educación canina, entrenadores y etólogos profesionales que se ocupan de mejorar la conducta de nuestras mascotas empleando técnicas positivas, en casa las podemos aplicar en todo momento.
Por ejemplo; si nuestro perro disfruta de morder los muebles de casa, en vez de castigarlo deberíamos comprarle un juguete como reemplazo y premiarlo cada vez que lo utilice. Esto ayudará a reforzar aquellas conductas deseadas, pero además ayudará a mejorar el vínculo a través del premio por buen comportamiento.
Por otro lado, si tu cachorro orina con frecuencia dentro de la casa y no cuenta con jardín o espacio a donde realizar sus necesidades, evita gritarle porque eso solo le causará miedo y mejor toma nota de sus horarios para poder realizar paseos más frecuentes de manera que pueda hacerlo fuera de casa.
En conclusión, queda a las claras que los gritos, los castigos y mucho menos los golpes no son una solución para mejorar la conducta de los animales, por lo que siempre es mejor emplear métodos alternativos que permitan resguardar el bienestar físico y emocional del animal y que refuercen el vínculo entre el perro y los miembros de la familia.
Consecuencias
En caso de que una mascota reciba castigos negativos con frecuencia, es muy probable que aquellos comportamientos de los que hablamos al inicio los elimine pero no porque aprendió, sino por miedo. Lo que termina provocando un gran nivel de estrés y además, seguramente, volverá a tener esa conducta cuando su dueño no esté en casa.
Al mismo tiempo, se dice que los perros que dejar de hacer “travesuras” por un castigo negativo, buscan otro modo de comportarse ante determinadas situaciones que terminan siendo mucho más graves que la primera, por lo que siempre deberías anteponer a un castigo una metodología respetuosa, empática y basadas en el refuerzo positivo en miras de cuidar el vínculo.