En el año 1974 Stephen Hawking revolucionaba el campo de la física cuántica con su teoría sobre de la radiación de los agujeros negros, la cual le daba un nuevo marco teórico a lo que ocurre en los confines del universo.
En la misma, Stephen Hawking sostenía que estos agujeros negros que se encuentran diseminados por el universo acabarían evaporándose al perder lo que luego se conoció como la radiación de Hawking.
Este concepto hace mención a la pérdida de energía en formas de partículas de luz que surgen en torno a los poderosos campos gravitatorios de estos agujeros negros.
Pero en los últimos tiempos, una actualización de la teoría basándose en que esa radiación Hawking que surge de robar la energía de los agujeros negros también puede producirse en cualquier objeto celeste que posea una suficiente cantidad de masa.
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La investigación fue llevada a cabo por Michael Wondrak, Walter van Suijlekom y Heino Falcke de la Universidad de Radboud en los Países Bajos dando un giro a lo que sucede en lo profundo del universo.
En este sentido, los investigadores lograron determinar que, ese destino al que estaban condenados los agujeros negros se puede llegar a ampliar a otros cuerpos como “los restos de estrellas muertas y otros grandes objetos del universo” según manifiesta uno de los autores.
Futuro
Dicha investigación fue publicada en la revista Physical Review Letters y además, los autores manifestaron sus impresiones al respecto. “Tras un periodo muy largo, eso llevaría a que todo en el universo acabara evaporándose, igual que los agujeros negros” comentaron.
Si bien esta teoría aún está a la espera de su confirmación, los científicos aseguraron que “esto cambia no solo nuestra comprensión de la radiación de Hawking, sino también nuestra visión del universo y su futuro”.