Es muy común que durante el otoño y el invierno el césped de tu jardín de vea amarillo y con grandes áreas marrones que denotan el daño que les provoca estas bajas temperaturas, propias de estas estaciones, sobre la hierba.
Esto se debe a que el césped del jardín está formado por un 80% de agua y, cuando el agua se convierte en hielo, las hojas pierden su flexibilidad y los daños provocados por el invierno repercuten en su apariencia y su intenso colorido.
Sin embargo, hoy vamos a mencionarte 6 actividades básicas que puedes realizar para que puedas proteger el pasto que crece en el exterior de tu vivienda, de manera que una vez que finalicen las estaciones más frías del año, este vuelva a lucir sano y fuerte.
Reducir el riego
Teniendo en cuenta que durante esta época del año se incrementan las lluvias y el rocío o por las heladas, la humedad también aumenta considerablemente, por lo que recomiendan regular el riego al mínimo indispensable.
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Esto impedirá que se genere un suelo encharcado y húmedo que favorezca la aparición de hongos y bacterias, algo que podremos detectar con facilidad si vemos que hay sectores del jardín con césped muerto o enfermo.
Abrir paso a la iluminación
En estas estaciones frías, principalmente en el otoño, el exterior del hogar suele cubrirse de hojas secas que se desprenden de los árboles y plantas que tenemos alrededor. Ante esto, uno de los que se ve perjudicado es el césped, que por tener este colchón de hojas encima no llega a recibir la luz del sol.
Por este motivo, lo mejor será mantener tu jardín libre de hojas secas, malas hierbas, palos y desechos que impidan que los rayos del sol caigan sobre nuestro césped.
Fertilizante a tiempo
El invierno es el momento propicio para abonar el césped de nuestra vivienda, ya que eso será esencial para que en la primavera se vea reluciente y con un color verde bien intenso.
Es que teniendo en cuenta que durante este tiempo la hierba está en un estado de inactividad, el abonado será la acción más importante para mantener su cuidado y conseguir que en los meses posteriores no muestre ningún tipo de consecuencia por los daños sufridos en el invierno.
Acciones contra las heladas
Es fundamental saber que bajo ninguna situación debemos pisar el césped cuando esté helado y en caso de notar que la hierba tiene una capa de hielo por encima, debemos realizar un ligero riego para ayudar a que se derrita la escarcha y no se acumule noche tras noche.
Incluso, para que el césped tenga la fuerza necesaria para soportar las consecuencias propias de la estación, recomiendan mantener el largo de la hierba hasta que las temperaturas sean mucho más estables.
Césped natural de inmediato
Si no puedes esperar para ver tu jardín totalmente verde, puedes optar por colocar las planchas de tierra con césped natural que por su versatilidad puedes instalar en cualquier momento del año, incluso en el invierno.
Al mismo tiempo, es una opción muy útil porque necesita un mínimo mantenimiento y lo mejor es que si detectas que una zona está enferma o con plagas, solo deberás cambiar esas partes de césped natural reemplazándola por unas nuevas y listo.
Puesta a punto
A las estaciones frías también podemos sacarle provecho, pese a que las actividades de jardinería se encuentran completamente limitadas. Es por eso que durante el otoño y el invierno es el momento perfecto para realizar el mantenimiento de la maquinaria y las herramientas que utilizamos para estas tareas.
Ya sea afilar las tijeras de poda, aplicar aceite sobre las máquinas y ubicar cada elemento en un sitio al resguardo de las lluvias y la humedad, termina siendo una excelente opción para acelerar la puesta a punto de cara a las estaciones más cálidas del año donde las usamos permanentemente.
En conclusión, si realizamos estas actividades básicas en casa, lograremos reducir al mínimo los daños que puede causar el invierno en el césped de nuestro jardín, pero además vamos a nutrir la hierba desde la raíz para que luzca sana y fuerte durante la primavera.