A la hora de decorar nuestro hogar, las suculentas pueden ser unas grandes aliadas para sumar colores a nuestros ambientes, implementando unas simples técnicas de jardinería.
En esta ocasión, lo que te traemos es como armar un hermoso terrario de suculentas para que tus habitaciones se vean vivas y llenas de tonalidades con la ayuda de nuestras plantas.
En principio, vamos a destacar que un terrario es un objeto decorativo que simula un mini ecosistema, generando la ilusión de ver a nuestras suculentas en este caso, en su hábitat natural.
Para ello, lo que vamos a necesitar es un recipiente donde armarlo, el cual deberá ser de vidrio para poder ver en su interior el diseño que creado.
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Para ello, seleccionaremos nuestras suculentas (preferentemente verdes si la ubicación no recibe demasiada luz), sumado a aquellos elementos de la naturaleza que nos ayuden a generar el ambiente.
Cabe destacar que las suculentas son plantas de climas calurosos y rocosos, por lo cual algunas piedras grandes, otras bien chiquitas y en diferentes tonalidades serán ideales para esta tarea. También se pueden sumar algunas cortezas de árboles para darle un estilo más boscoso.
Por otra parte, debemos conseguir algunas piedras volcánicas para la base y sobre todo, sustrato para suculentas, dado que el recipiente donde realizaremos el terrario no tiene agujeros de drenaje.
Con todos los implementos necesarios, sumados a un pequeña palita y algunos utensilios para limpiar como pinceles, comenzaremos con el diseño del terrario.
La imaginación al poder
Lo primero será realizar una base con la piedra volcánica y luego, colocamos la tierra para suculentas (no toda) por encima para generar nuestro suelo para plantar.
De acá en adelante, lo que resta será generar esa simulación de hábitat natural para nuestras plantas, valiéndonos de las rocas y las cortezas.
Se pueden colocar piedras grandes en el centro e ir acomodando las suculentas a su alrededor. Acá la idea es ir plantado, procurando cubrir las raíces con la tierra que nos sobró al principio.
Poco a poco, vamos acomodando los brotes de suculentas teniendo en cuenta los colores de las hojas y el contrataste que podamos dar con la tierra y las piedras.
Una vez realizado, por encima podemos cubrir el terrario con piedras pequeñas en tonos de blanco, negro, amarillo con el objetivo de agregar colores al diseño.
Por último, solo nos quedará regar. Al no tener agujeros de drenaje, el agua que debemos incorporar tiene que ser mínima dado que deberá ser absorbida por nuestras suculentas. Para ello podemos implementar una mamadera por goteo, evitando que se mojen las hojas de nuestras plantas y así protegerlas de las posibles enfermedades.