El momento en que el hombre entendió que plantar una semilla en la tierra nos daría como resultado una planta, cambió radicalmente la manera de organizar el mundo.
Desde ese momento a la fecha han pasado miles de años, pero lo cierto es que germinar una semilla para conseguir nuestras plantas preferidas puede ser una tare poco sencilla.
Si alguna vez los has intentado, sabrás que las semillas no siempre germinan y eso se debe a que las condiciones que nosotros generamos para tal fin no son las correctas.
Es por eso que hoy te traemos una guía para evitar errores muy comunes a la hora de germinar semillas para garantizarte un correcto uso y así lograr una efectividad del 100% con nuestras plantas.
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1. Semillas viejas
Una de las cuestiones más comunes por las que nuestras semillas no germinan es la de utilizar aquellas que ya no tienen el poder para abrirse y dar ese primer brote.
Esta energía que contienen las semillas se va a agotando con el paso del tiempo y en ese sentido, se recomienda siempre utilizar semillas que tengan menos de un año y en caso de aquellas que son compradas, prestar atención a la fecha de vencimiento.
2. Técnica de siembra
A la hora de lograr la germinación en la tierra, un error común que solemos cometer es el de enterrar a mucha profundidad nuestras semillas. Esto hace que los brotes no puedan subir a la superficie para luego convertirse en esa planta tan deseada.
En este caso, la técnica consiste en tapar las semillas con una delgada capa de tierra, equivalente al doble de la semilla en cuestión con el fin de que el brote pueda salir a la luz sin demasiados inconvenientes.
3. Tierra
Por otro lado, la tierra donde queremos hacer germinar nuestras plantas también tiene sus secretos para que el éxito esté asegurado. En este caso, lo que necesitaremos es un buen drenaje.
Para ello, tenemos que evitar la utilización de tierra compacta y dura, modificándola con algunos elementos más livianos que ayuden a que el agua se filtre mucho mejor por nuestra maceta.
4. La época correcta
Cada planta tiene un ciclo específico tanto par su germinación, crecimiento y posterior cosecha. Este punto es importante dado que la temperatura afectará a nuestras semillas.
Cerciorarse de germinar en la época correcta no solo hará que tus plantas sean todo un éxito, sino que también se verá reflejado y sea en sus frutos o en sus flores.
5. Riego
El riego también es esencial para que la semilla logre germinar como corresponde. Una excesiva cantidad de agua no será beneficiosa para nuestra futura planta, al igual que la falta de la misma.
La falta de agua y posterior secado de la semilla puede llegar a producir que, el efecto de germinación no sea posible de continuar por fata de agua.
6. Exposición
Por último, un error común se puede llegar a dar al momento del brote. Si bien logramos que la semilla germine, lo cierto es que los cuidados continúan al momento de las primeras hojas.
En este punto, es preciso mencionar que para lograr que ese brote se convierta en una planta sana y fuerte, lo mejor es no exponerlos a luz solar directa sino más bien y realizando este proceso de manera progresiva y evitando las horas de mayor intensidad.