A veces me pregunto cuán difícil debe resultar estar en los zapatos de Wanda Nara, ya que es imposible para la empresaria pasar desapercibida, en el sentido digo, de que sus publicaciones puedan al menos por una vez, no acumular una carga histórica del personaje, y evitarle así que cualquier nuevo posteo, logre un sinfín de interpretaciones.
Pero, a la luz de la realidad, queda claro que Wanda Nara tiene un karma en este sentido, ya que su rol empresarial, que desde hace rato pasa en gran parte por las redes sociales, donde unos 16.3 millones de seguidores, (es decir, aproximadamente el 35% del total de la población argentina), puede con un simple click acceder a su publicación, observar el contenido, y automáticamente relacionarlo con la innumerable información que trasciende de su vida en los medios, genera una avalancha de suspicacias y especulaciones, expresiones de apoyo y de odio, en fin, el juego de las redes.
Ahora bien, a esta altura de la nota, la pregunta obligada es ¿qué hizo ahora Wanda Nara?, bueno, para que te entretengas, lo cual es el fin de esta nota, te propongo que vayamos por partes, y comencemos con el objetivo de su publicación.
"Me quiero tatuar. Recomendaciones, lugar, tatuador"
A primera vista, el objetivo se muestra sencillo, Wanda quiere un nuevo tatuaje, y pide a sus millones de fieles seguidores, si pueden sugerir algún nombre, contacto o lugar donde ella pueda evaluar algún diseño de su gusto.
Así relatado no suena a nada de otro mundo, pero agreguemos ahora el contexto, eso que nos dice algo más de lo que leemos y nos lo proporciona la magia de las redes, que lo materializa a través de una fotografía.
Claro está, que tuve que "tunear" la fotografía por motivos evidentes, si bien aprecio su belleza, evito que alguien pueda sentirse ofendido/a o cosificado/a, en fin, continuando con mi relato, el "contexto", agrega a su inicial idea de querer hacerse un tatuaje datos adicionales, el pedido, es de carácter sensual, ya que lo hace desde la cama, en lencería, dejando ver algunos de los tatuajes que ya ostenta hoy, así como también, algunos de sus destacables atributos físicos.
Ahora bien, agreguemos el ciento por ciento del contexto, que surgen de sus historias en Instagram.
"Me quiero tatuar la palabra Lealtad"
¿Por qué se armó la polémica?
Sin duda, con el contexto completo, creo no desacertar si arriesgo en decir que Wanda Nara, ha creado nuevamente la tormenta perfecta, ya que, en medio de todas las noticias que giran en torno a su vida y sus vínculos, un simple pedido de recomendaciones sobre profesionales y números de contacto para planificar su próximo tatuaje tiene grandes oportunidades de transformarse en un suceso mediático.
Más aún, a sabiendas de que ya tiene definido el motivo, la palabra "Lealtad", que más allá de lo que represente para cada uno o del mismísimo significado que le asigna la RAE (Real Academia Española), por el mero hecho de ser Wanda Nara, al momento de desarrollar esta nota, ya mostraba comentarios con la más variada cantidad de opiniones y en relación, objetivamente hablando, pocos números y contactos de tatuadores profesionales.
Por una vez seamos coherentes, Wanda Nara quiere un tatuador, brindémosle un número telefónico, e-mail, o web de contacto que la ayude a solucionar el problema, y no un nuevo escándalo.