Con la llegada de la temporada cálida, el clima se torna auspicioso para el cultivo de la huerta urbana, donde podemos encontrar varias especies como por ejemplo los tomates cherry, ideales para combinar en una rica ensalada fresca.
Para ello, la idea será cultivarlos en macetas y utilizando directamente un tomate que bien podemos conseguir en cualquier supermercado o verdulería de barrio.
Para aquellos que no los conocen, el tomate cherry es una particular especie de tomate que, a diferencia de los más tradicionales, se caracteriza por su tamaño pequeño del cual deriva su nombre.
Además, poseen un excelente sabor que suele utilizarse para consumir al natural, tanto en ensaladas, acompañamiento de carnes y fiambres o porque no, sumarlos a una rica salsa.
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Cultivo de tomate en maceta
Siendo la primavera y el verano la época ideal del año para su cultivo, comenzaremos preparando la tierra y las macetas. Por lo general, el tomate suele adaptarse a cualquier tipo de suelo, pero lo cierto es que prefiere uno que tenga un buen drenaje.
Para este cultivo, se recomienda hacer la germinación en una maceta que tenga como mínimo unos 10 centímetros de profundidad.
A modo de semillas, utilizaremos las que contienen los propios frutos. Recortamos bien los extremos del tomate y luego rebanamos algunas rodajas finas para disponerlas en la tierra.
Cabe destacar que en cada rodaja podremos encontrar varias semillas, por lo cual no habrá que excederse a la hora de la germinación. Dependiendo del ancho de tu maceta, colocaremos algunos cortes de tomates sobre la tierra y taparemos con una leve capa.
Luego remojamos bien y resguardamos la maceta en un lugar iluminado pero que no reciba el sol de manera directa, sobre todo en las horas de extremo calor.
A los pocos días, iremos viendo como aparecen los primeros brotes y un vez que ya hayan conseguido sus pequeñas hojas, estarán listos para trasplantarse.
El tomate es una planta trepadora que por lo general requiere de una guía para crecer libremente. Para ello, podemos colocar un palo en un extremo de la maceta e ir anudando la planta a su alrededor.
Durante la temporada de verano, una vez que la planta haya mostrado de 4 a 6 hojas, estará lista para desarrollarse bajo el sol directo. Esto hará que el tomate demande bastante agua para su crecimiento, por lo que se recomienda mantener el sustrato lo más húmedo posible.