Lunes 27 de Noviembre 2023
ENTOMOFOBIA

¿Por qué nos aterran los insectos? La sorprendente explicación científica

Entomofobia: el miedo irracional a los insectos que tiene causas genéticas, ambientales y alérgicas. ¿Qué dicen los científicos y cómo superarlo?

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Si bien todos sabemos que los insectos son seres vivos que forman parte de la naturaleza y que cumplen funciones importantes para el equilibrio ecológico y la biodiversidad, muchas veces, la confrontación inesperada con un insecto nos puede hacer sentir un miedo irracional y excesivo hacia ellos, a este fenómeno, la ciencia le ha llamado Entomofobia.

La Entomofobia, es una de las fobias más comunes y extendidas en el mundo, pero ¿cuáles son sus causas? ¿qué opinan los científicos sobre este fenómeno? ¿Quién descubrió o diagnosticó por primera vez la entomofobia? A través de este artículo periodístico, intentaremos responder a estas preguntas y ofrecer algunas claves para superar el miedo a los insectos. 

Una fobia es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por un miedo intenso, persistente y desproporcionado hacia un objeto, situación o animal específico, que provoca una reacción de evitación o escape, y que interfiere con el funcionamiento normal de la persona. La entomofobia es el miedo a los insectos o a cualquier animal que se asemeje a ellos, como las arañas, los escorpiones o los ciempiés. Las personas que sufren de entomofobia experimentan síntomas como nerviosismo, sudoración, taquicardia, náuseas, mareos, dificultad para respirar o pánico cuando ven, oyen o piensan en un insecto. Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración según el grado de la fobia y el tipo de insecto.

Según la literatura científica, existen varias causas que pueden explicar el origen de la entomofobia, que se pueden agrupar en tres categorías: genética, ambiente y alergias. Veamos cada una de ellas con más detalle.

La genética

Se refiere a la influencia de los genes en el desarrollo de las fobias. Se cree que hay algunos genes que predisponen a las personas a tener una mayor sensibilidad al miedo, y que están relacionados con el sistema de alarma del cerebro, que se activa ante situaciones de amenaza o peligro. Estos genes podrían haber sido ventajosos para la supervivencia de nuestros antepasados, que tenían que enfrentarse a depredadores o a insectos venenosos o portadores de enfermedades. Sin embargo, en la actualidad, estos genes podrían provocar una respuesta exagerada ante estímulos que no representan un riesgo real.

El ambiente

Se refiere a las experiencias que las personas han tenido con los insectos a lo largo de su vida, y que pueden haber generado un aprendizaje negativo o traumático. Por ejemplo, una persona que ha sufrido una picadura dolorosa, una reacción alérgica o una invasión de insectos en su casa, podría asociar a los insectos con el sufrimiento, el asco o el miedo, y desarrollar una fobia hacia ellos. También influye el ambiente social y cultural, es decir, las actitudes, creencias y valores que se transmiten sobre los insectos, que pueden ser de rechazo, aversión o desprecio.

Las alergias

Se refieren a la respuesta inmunológica que algunas personas tienen ante el contacto con un insecto, que puede ser muy severa y poner en riesgo su vida. Los insectos que más suelen provocar alergias son las abejas, las avispas, las hormigas y los mosquitos, que pueden inyectar su veneno o su saliva al picar. Los síntomas de una reacción alérgica pueden incluir enrojecimiento, picazón, hinchazón, urticaria, dificultad para respirar, mareos, pérdida de conciencia o shock anafiláctico. Las personas que son alérgicas a los insectos pueden desarrollar una fobia a ellos, ya que los perciben como una amenaza potencial para su salud.

Algunas recomendaciones de los científicos

Los científicos han estudiado la entomofobia desde diferentes perspectivas, y han ofrecido algunas opiniones y recomendaciones sobre este fenómeno. Algunas de ellas son las siguientes:

  • La entomofobia se puede tratar con terapias psicológicas, especialmente con la exposición gradual al estímulo fóbico, que consiste en enfrentar al paciente a su miedo de forma controlada y progresiva, hasta que logre reducir su ansiedad y modificar sus pensamientos negativos. La exposición puede realizarse mediante la imaginación, fotos, videos, realidad virtual o insectos reales, según el nivel de tolerancia del paciente.
  • La entomofobia se puede prevenir con una educación ambiental que fomente el respeto y la valoración de los insectos, que son seres vivos que tienen un papel fundamental en el ecosistema y que aportan beneficios para el ser humano, como la polinización, el control de plagas, la producción de miel o la investigación científica. La educación ambiental puede incluir actividades como observar, identificar, clasificar o cuidar de los insectos, que ayuden a generar una actitud positiva y curiosa hacia ellos.
  • La entomofobia se puede entender como una respuesta adaptativa del ser humano, que ha evolucionado para evitar a los insectos que pueden transmitir enfermedades o causar daños. Los insectos que más suelen provocar fobia son aquellos que tienen características que los hacen más visibles, como el tamaño, el color, el sonido o el movimiento, o que los hacen más peligrosos, como el veneno, las mandíbulas o los aguijones. Estas características podrían haber servido como señales de alerta para nuestros antepasados, que tenían que protegerse de los insectos nocivos.

Un dato de interés

El término entomofobia fue acuñado por el psiquiatra estadounidense Walter Bradford Cannon en 1911. Cannon fue un pionero en el estudio de las emociones y el estrés, y propuso el concepto de “reacción de lucha o huida” para describir la respuesta fisiológica del organismo ante una amenaza. Puedes encontrar más información sobre Cannon y su obra en este [enlace].

En conclusión

El miedo a los insectos es un fenómeno complejo y multifactorial, que tiene causas genéticas, ambientales y alérgicas, y que puede afectar la calidad de vida de las personas que lo padecen. Los científicos han ofrecido diversas opiniones sobre la entomofobia, y han propuesto tratamientos, prevenciones y explicaciones para este trastorno.

Sin embargo, lo más importante es reconocer que los insectos son parte de nuestro entorno, y que debemos aprender a convivir con ellos de forma respetuosa y armoniosa, tanto para nuestro bienestar personal como para el cuidado del medio ambiente. Si usted o alguien que conoce sufre de entomofobia, no dude en buscar ayuda profesional.

La entomofobia es un trastorno de ansiedad que se puede tratar con éxito mediante terapias psicológicas y farmacológicas. No deje que el miedo a los insectos le impida disfrutar de su vida y de la naturaleza. Recuerde que los insectos son seres vivos que merecen nuestro respeto y que nos brindan muchos beneficios. La entomofobia se puede superar con el apoyo adecuado.