La exposición directa al sol, puede ser tan beneficioso como dañino para tu planta, dependiendo de la especie en cuestión. Sin embargo, las olas de calor extremos influyen en nuestro jardín de manera directa, poniendo en riesgo sus colores, aromas y belleza.
Con el objetivo de mantener el jardín en perfectas condiciones, hoy te traemos algunos trucos y consejos para proteger nuestras plantas del calor extremo y garantizar que sobrevivan al verano de la mejor manera.
Variedades resistentes
Lo primero a tener en cuenta es conocer el tipo de planta que tenemos o queremos tener en nuestro jardín. En este caso, las más recomendadas son aquellas que tienen la capacidad de retener el agua en sus hojas.
La clave para darnos cuenta de ello se basa en que este tipo de plantas, poseen hojas carnosas o cubiertas por una capa cerosa que les permite tolerar el calor extremo y soportar varios días sin agua.
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Entre las más comunes, se encuentran los cactus y suculentas, originarios de los climas más áridos y desérticos del mundo. Además, a ellas se suman aromáticas como el romero o la lavanda y dentro de la familia de las ornamentales, las palmeras.
Macetas adecuadas
Otro punto importante a tener en cuenta son las macetas. Ante una temporada de calor extremo, nuestras plantas tienden a sufrir si no cuentan con un buen sustrato que retenga la humedad y que drene fácilmente el agua.
El impacto de las altas temperaturas en nuestro jardín repercute en las macetas, dado algunas de estas son capaces de trasmitir el calor a las raíces.
Para evitar esto, lo mejor es tener en cuenta algunos puntos clave. El primero es elegir una maceta que evite el paso del calor. Entre ellas se destacan materiales como la terracota o cerámica.
Luego, habrá que tener en cuenta, la utilización de macetas lo suficientemente grandes y profundas en el jardín para permitir un buen desarrollo de las raíces. Además, se recomienda la implementación de colores claros, los cuales reflejan la luz solar y evitan el traspaso de calor hacia la planta.
Protección solar
Los rayos solares de manera directa, sobretodo en las horas más calurosas del día, pueden ser un factor nocivo para nuestro jardín. Uno de los trucos más utilizados para proteger nuestras plantas es el de reducir su exposición con la ayuda de toldos y media sombra.
También se pueden crear grupos de plantas para que las más resistentes puedan proteger a las más pequeñas de la exposición solar. En el caso de tener macetas, lo recomendable es evitar las que se encuentran sobre el piso y generar un mínimo de altura para dejar pasar el aire.
Riego
Por último, dejamos un apartado especial para el riego, siendo la estrella estelar en la temporada de verano. Seguramente, durante esta época tu jardín requerirá una mayor atención en el agua del sustrato.
La clave radica en generar un ambiente lo suficientemente húmedo para que la planta se desarrolle de la mejor manera. Para ello, debemos mantener el suelo lo suficientemente hidratado, garantizando la utilización de sustrato con buen drenaje y evitando mojar las hojas de las plantas para prevenir enfermedades en nuestro jardín.