Uno de los grandes secretos que se esconden en el mundo de la gastronomía es la reutilización de los ingredientes. En esta ocasión, luego de sacarle hasta la última gota de jugo a un limón, su cáscara será sumamente útil para crear un potente saborizante, que puede aplicarse tanto a recetas saldas como a un bizcochuelo.
Reversionar las recetas nunca fue tan sencillo. Y no solamente se le aportará un nuevo sabor a las preparaciones, sino que su cocción es simple, se necesitan de muy pocos ingredientes y tiempo, siendo una útil solución a la hora de sorprender en la cocina.
Ingredientes necesarios
Como bien se ha detallado, uno de los grandes beneficios de esta preparación es su simpleza para realizarla y los ingredientes necesarios.
- Cáscaras de limón
- Sal gruesa o azúcar (según qué se desee preparar)
Paso a paso para su elaboración
Se juntan todas las cáscaras de limones ya utilizadas y se cortan en cuartos, se aplastan sobre una mesada y se recorta todo el interior blanco, dejando solamente la cáscara.
Se colocan sobre una placa, separadas entre sí, en un horno a baja temperatura. Y se retiran una vez que estén secas y crocantes, esto será a los 10 o 15 minutos.
Luego de que se enfríen un poco, se colocan sobre una procesadora o licuadora y se acompaña con sal gruesa o azúcar, esto dependerá si se busca un polvo saborizante dulce o salado. Se mixea su contenido y la sal (o azúcar) de limón estará lista para condimentar tus recetas saladas o de repostería.
En cuanto a las preparaciones saladas, esta sal de limón se recomienda principalmente a la hora de cocinar pollo o pescados, aportando la frescura del cítrico. Mientras que a la hora de las cocciones dulces, es ideal para saborizar un bizcochuelo.
La gastronomía esconde un sinfín de secretos, y la reutilización de la cáscara de limón es solo uno de ellos. Una vez exprimida la fruta, su cáscara servirá para elaborar una deliciosa sal o azúcar con sus componentes cítricos tan característicos, para llevar tus recetas a un nuevo nivel.