Los entredichos que comenzaron en la antesala de la nueva edición del Bailando no dan tregua entre Coti Romero, ex concursante de Gran Hermano, y Lourdes Sánchez. A pesar de ser ambas de Corrientes, no cesan en su disputa y durante la presentación de la bailarina en el certamen se volvieron a “picantear”.
El primer capítulo en esta historia se dio por los desfiles característicos de Corrientes, donde Lourdes Sánchez acusó a Coti Romero de pedir una elevada suma de dinero para participar del mismo, y desde entonces no se han reservado sus opiniones (todas negativas, claro está) la una para la otra.
Coti vs Lourdes: guerra de correntinas
Una de las grandes novedades en esta edición del Bailando 2023 es la incorporación de la cabina del streaming, o pecera como la llaman sus protagonistas. La ex GH es una de las conductoras que dice presente cada noche, y fiel a su estilo combativo se volvió a cruzar con su coterránea.
“Me siento súper querida, más allá del streaming que no me quieren nada” disparó Lourdes Sánchez luego de su presentación en el certamen. “El streaming se reserva el derecho de admisión” respondió Coti Romero desde la cabina de transmisión, dando a conocer el cartel colgado en la puerta donde se le prohíbe el ingreso a la esposa del Chato Prada.
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“Yo, agradecida de no haber sido invitada nunca” contrarrestó Lourdes Sánchez, y Coti Romero, sin pelos en la lengua disparó: “Pero te paseaste por todos los programas hablando del streaming y diciéndome acomodada” y concluyó con una frase lapidaria: “Se come los mocos cuando está ahí”, en clara referencia a la pista al lado de Marcelo Tinelli.
Quien saltó en defensa de la esposa del Chato Prada fue Ángel de Brito, quien remarcó que “yo vi pasar a mucha gente por acá, y Lourdes sigue estando”, dando a entender la constancia que ha mantenido la bailarina en la farándula local a lo largo de tantos años, ¿y una indirecta a la ex GH?
Que “acomodada” o “se come los mocos”: la batalla mediática entre Coti Romero y Lourdes Sánchez ha alcanzado nuevos niveles, sumando más dardos venenosos en sus picantes declaraciones; en una relación que parece completamente rota y muy lejana a recomponer vínculos.