Comen. Duermen. Juegan. Salen a pasear. Comen tierra. Bien se podrían considerar como las tareas más habituales que realizan nuestros perros, o como lo consideran en muchos hogares, un integrante más de la familia. Las razones que explican este comportamiento son varias, y si bien no reviste de gravedad en algunos casos, es un tema para no descuidar.
Las razones más frecuentes en las que los perros ingieren tierra son al momento de excavar para buscar huesos, juguetes perdidos o gastar las uñas, y accidentalmente consuman una pequeña cantidad. Pero no es la única, por lo que habrá que tomar cartas en el asunto para resguardar y preservar su salud.
Las causas principales:
La más conocida, y frecuente entre los canes, es por un desorden alimenticio. La acción que lo determinará es la regularidad con la que ingieren tierra, si se repite se puede diagnosticar como este problema alimenticio. Claro está que su consumo puede ser perjudicial para su salud, por lo que habrá que consultar con su veterinario de confianza para un medicamento adecuado.
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A la hora de la consulta con los expertos, las respuestas suelen estar centradas en la falta de vitaminas y minerales, y por su instinto animal recurrirán a la ingesta de tierra. Otro desorden alimenticio que los anime a comer tierra a los perros es una posible anemia, que deberá ser tratada con cierta urgencia por un veterinario.
La purgación de su organismo es la segunda de las causas más frecuentes. Tal y como ocurre con el pasto cuando están mal del estómago, se puede repetir con la tierra del jardín.
Cómo reaccionar ante este comportamiento
La recomendación central, así como sucede con la salud de las propias personas, es consultar con un experto en la materia, en este caso con el veterinario. Más allá de haber detectado cuál es la razón que los lleva a ingerir tierra, la confirmación debe provenir siempre de un profesional.
De esta forma podrá recomendar algún balanceado que cumpla con todos los nutrientes y minerales que los perros necesitan para evitar el consumo de tierra y que continúe perjudicando a su organismo, transformando a esta tendencia en un (mal) hábito.
Otra de las explicaciones está relacionada con problemas de conducta. La solución está al alcance de la mano: garantizar vidas activas de los canes, ya que necesitan liberar su energía acumulada en paseos o juegos con la familia, y no cavando o haciendo pozos en el jardín. Los refuerzos positivos luego de hacer caso al dueño son la técnica más efectiva para que no repitan los malos comportamientos.
Las mascotas, tanto sean perros o gatos, han llegado a la vida de las personas para alegrarlas y funcionar como una compañía diaria ideal. Pero en su crianza hay varios aspectos por no descuidar, y la ingesta de tierra, directamente relacionada con la alimentación, es uno de los puntos centrales a tener en cuenta.