Las plantas, como todos los seres vivos, necesitan ciertos nutrientes para crecer y mantenerse saludables. Los precisan para producir abundantes frutos y flores.
Los principales macronutrientes primarios que una planta necesita son el nitrógeno (N), el fósforo (P) y el potasio (K). Siguen en importancia los macronutrientes secundarios, que son el Azufre (S), Calcio (Ca) y Magnesio (Mg).
En menor cantidad, las plantas necesitan recibir los micronutrientes: Cobalto (Co), cobre (Cu), hierro (Fe), manganeso (Mn) y zinc (Zn) entre otros. Hoy nos ocuparemos de algunos de estos minerales, que si le faltan a las plantas pueden ocasionar que ellas enfermen o mueran.
Según una nota publicada en el medio Panorama, un truco que se puede utilizar para que las plantas reciban los nutrientes minerales, y en especial el cobre, es usar monedas en sus platos de riego.
Las monedas deberás cambiarlas una vez al mes y puedes llenar el plato cada vez que la maceta haya absorbido el agua. Este método es muy eficiente, sobre todo en época de invierno.
Algunas personas prefieren colocar un clavo cerca del borde de la maceta, para que a medida que se va oxidando con el agua del riego, aporte el hierro necesario para el crecimiento de la planta.
Es un truco antiguo y no muy recomendable, porque se corre el riesgo de olvidar la presencia del clavo y lastimarse en el momento de trasplantar a otra maceta.
Sulfatos para plantas con cuidados especiales
Existen en los viveros, sulfatos de hierro en quelatos, que vienen preparados con las dosis adecuadas, para satisfacer los requerimientos de las plantas acidófilas, como hortensias, camelias, jazmines, gardenias y azaleas.
Ellas requieren un suelo especial, con Ph ácido para poder desarrollarse bien y ofrecer una buena floración.
El sulfato de hierro es preferible añadirlo diluido en el agua de riego, en una proporción de 3 gr por cada litro de agua (si es de lluvia mejor), o siguiendo las indicaciones que trae el envase.
En conclusión, los trucos pueden llegar a ser eficaces, pero quizás algo lentos para provocar los resultados esperados.
Para mantener las plantas fuertes, nutridas y saludables, lo mejor es recurrir a un buen sustrato, al abono periódico con compost orgánico y a algún suplemento de sulfato ferroso cuando resulte necesario.