Si existe una fruta que tiene una gran historia detrás, esa sin duda es la manzana. Este delicioso fruto comestible proviene del árbol del Manzano.
El Malus Doméstica o Manzano común, pertenece a la familia de las rosáceas. Posee unas hermosas flores y sabrosos frutos.
Es originario de las zonas montañosas de Tian Shan, entre la frontera de Kazajistán y China.
Su fruta, la manzana, fue inmortalizada desde tiempos remotos en obras pictóricas y textos por ser considerada el fruto prohibido del bien y del mal. Por comer esta fruta, Adán y Eva fueran expulsados del paraíso.
Cuentan algunos historiadores que la mala fama que ganó la manzana, fue consecuencia de un error de traducción de la Biblia, realizado en el año 382 d.C. por Jerónimo de Estridón, quien confundió el sustantivo malus (Manzano) y el adjetivo malus (mal).
En la Biblia originalmente dice:
lignus scientiae boni et mali (“Dios indica a Adán y Eva que no deberán comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal”).
Más allá de la mítica historia, este fruto es muy consumido por su delicado sabor y su alto contenido nutricional, ya que posee vitaminas, fibra e hidratos de carbono.
Es un alimento indicado para:
- Cuidar el corazón
- Bajar el colesterol
- Ayuda a estimular la memoria
- Regular el tránsito intestinal.
Es la fruta ideal para una dieta porque aporta pocas calorías, otorgando una gran sensación de saciedad.
Para que el Manzano adquiera estas óptimas características y produzca excelentes frutos, debe ser injertado.
De las más de 7.500 variedades de manzanas que existen, la más consumida mundialmente, es la manzana Golden.
El cultivo del Manzano, no solo está destinado a la alimentación, también puede convertirse en una hermosa planta ornamental para plantar en macetas y decorar el hogar.
Guía para sembrar y cuidar el Manzano
Retira cuidadosamente las semillas de una manzana.
Colócalas en un envase plástico, sobre un papel absorbente, humedecido.
Cúbrelas con otra capa de papel humedecido tapando el envase.
Guárdalas en la heladera durante aproximadamente 4 semanas.
Transcurrido ese tiempo ya puedes plantar en macetas pequeñas o semilleros, las plantas germinadas, cuidando de no dañar sus delicadas raíces.
Acorde al crecimiento de la planta, conviene ir pasándola a una maceta de mayor tamaño. Lo recomendable es realizar un trasplante una vez al año.
El Manzano requiere de mucha luz solar para crecer y madurar sus frutos.
Utiliza tierra fértil, enriquecida con compost orgánico.
El riego debe ser regular en primavera y verano, e ir reduciendo la frecuencia en épocas más frías.
El arte de cultivar un Manzano requiere de tiempo, atención y paciencia. Cuidados que sin duda se justifican, a la hora de probar el delicioso sabor de una manzana