Si bien los gatos siempre fueron la segunda mascota elegida por detrás de los perros, presentan una serie de características y virtudes que los ubica por encima de los cachorros y que los hace muy especiales para quienes eligen tenerlo como un miembro más del hogar.
Sucede que de acuerdo a un estudio recientemente publicado en la revista “Scientific Reports” y desarrollado por la Universidad de Kyoto en Japón, además de ser buenos compañeros, los gatos tienen un don único, el cual les permite recordar un dato sumamente importante, que hasta el momento se creía imposible en los “mininos”.
En el experimento realizado con 48 felinos, un extraño diría el verdadero nombre de animales conocidos y otros desconocidos y así, en base a la reacción de ellos, los investigadores explicaron que pudieron determinar que estos son capaces de recordar el nombre de sus “michis” amigos, como así también el de sus propios dueños.
“Este estudio proporciona evidencia de que los gatos vinculan el nombre de un compañero y la cara correspondiente sin un entrenamiento explícito.”
Al mismo tiempo, los especialistas hicieron hincapié en que no es lo mismo un mamífero que vive con mucha gente a uno que vive con escasos miembros en la familia, por lo que seguramente será más probable que el segundo pueda recordar mejor el nombre de sus familiares.
“Estos resultados sugieren que pueden entender quién está hablando con quién en situaciones cotidianas. Aunque aún no está claro cómo aprendieron los gatos la asociación nombre-cara.”
De igual manera, este estudio arroja un dato impensado sobre la capacidad de estos animales y según adelantaron en base a esto podrá seguir descubriendo nuevas capacidades que mantienen oculta estas mascotas impulsadas por su memoria.
A prueba de imágenes
Por otro lado, este estudio también utilizó una estrategia mediante fotos para determinar cuán familiar le resultaba cada imágenes, donde colocaron también postales de felinos conocidos y desconocidos.
En conclusión, mediante esta prueba que retó la memoria visual de estos gatos, pudieron comprobar que si bien es más sencillo que reconozcan la cara de los otros animales, también pudieron identificar, en un menor grado, el rostro de sus dueños.