Estudios recientes han confirmado que el planeta Tierra está acelerando su enfriamiento desde el núcleo.
Ubicado a 3.000 km de profundidad y con un radio de 3.500 km el núcleo del planeta Tierra es esencial para la conservación de la vida.
Si bien los científicos sostienen que este es un proceso “natural”, entienden que el descenso de temperaturas se ha acelerado en el último tiempo y será mayor en el futuro.
Pesa a que este fenómeno ocurre en escalas de millones años, por lo cual ninguno de los seres vivos de hoy podrá presenciarlo, las investigaciones abren la puerta a nuevos conocimientos en el campo de la geología terrestre y la evolución del planeta.
En este sentido, la clave del enfriamiento se encuentra en la frontera del núcleo, la cual recibe calor desde su interior.
Gracias a los materiales que allí residen, se descubrió que la trasferencia de calor del núcleo al manto que lo recubre era mucho mayor de lo que pensaba, lo que provoca la pérdida de calor en su interior.
Además, el enfriamiento va modificando los minerales implicados en esta conducción calórica, volviéndolo más conductibles con el paso del tiempo.
Estas conclusiones no solo dan a entender que el planeta Tierra se esta enfriando mas rápido de lo esperado, sino que lejos de retrotraer el proceso, esta acelerará con el paso de los años.
¿Cuales serían las consecuencias?
El núcleo terrestre oscila entre una temperatura entre los 4.400° C y los 6.000° C, similar a la del Sol.
Esta es la responsable de movimientos tectónicos, actividades volcánicas e incluso el campo magnético.
El enfriamiento del núcleo traería aparejado la inactividad del manto, convirtiéndolo en un planeta inerte.
Según los científicos, ese fue el destino de Venus, Mercurio, Marte y la Luna quienes se han enfriando en los últimos 4.500 millones de años, aunque no poseían placas tectónicas como el planeta Tierra.