Wanda Nara continúa ampliando su universo mediático haciendo de su vida una especie de reality show del cual, a veces, es difícil de escapar.
La exposición que logró a raíz del Wandagate, nos hizo conocer a todos un poco más de la vida de Wanda Nara en Paris, donde pasa sus días junto a su familia.
Ahora, sumando un condimento más y contando algo de esos días, la mediática argentina fue parte del adelanto de la segunda temporada de Emily en Paris, una serie de la plataforma Netflix.
Esta ficción narra la vida de una joven estadounidense que se muda a Paris por cuestiones laborales, pero la adaptación no le resulta nada fácil.
Como siempre en una ficción, cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia, pero en este caso, los productores supieron aprovechar las similitudes y eligieron a Wanda Nara para la promoción latina de esta segunda temporada.
“Paris me conquistó por la moda”; sostuvo Wanda en el video, aunque también reconoció que le cuesta la adaptación al estilo parisino, al igual que le sucede a Emily en la serie.
Por otra parte, buscando esas coincidencias, la modelo se siente identificada con la protagonista por la relación que ambas tienen respecto a las redes sociales.
“Estoy pensando siempre en qué hacer cuando una marca me contrata, ver qué me puedo inventar”, comentó la empresaria.
¿Un palito para la China?
Otra de los temas que trabaja esta serie, es el abordaje de la infidelidad. En este caso, se podría decir que la elección de Wanda no fue azarosa, dado que Netflix también buscaría cosechar algo de lo que el Wandagate nos dejó.
En este punto, Wanda deja de lado las coincidencias y se planta desde la vereda opuesta.
“Nunca me hubiera acostado con el novio de mi amiga”; expresó, dejando claro que le daría mucha culpa ser infiel.
“Hablan de infidelidad como si fuera moneda corriente”; destacó Wanda, quien aclaró que tampoco podría tener una relación abierta.
Claro está que, la vida de Emily es parte de una invención. En cuanto a Wanda Nara, se podría decir que su historia supera la ficción, dejando abiertas las segundas interpretaciones.