En medio del fervor y la emoción que despierta el Mundial de Clubes 2025, un anuncio sacudió el tablero del fútbol internacional: Brasil quiere ser sede en 2029. Y lo dejó bien claro con una presentación oficial de su candidatura de la mano de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).
Desde Estados Unidos, donde se juega la edición actual del torneo, la CBF soltó la bomba: Samir Xaud, su presidente, se reunió con Gianni Infantino, titular de la FIFA, y no solo compartió elogios hacia el evento y el rendimiento de los clubes brasileños, sino que lanzó la propuesta formal para que Brasil sea sede dentro de cuatro años.
“Queremos estar más cerca de la FIFA. Hablamos del excelente nivel del fútbol brasileño y ofrecimos nuestro país para el próximo Mundial. Infantino se mostró feliz y consideró la idea totalmente viable. Ahora nos toca trabajar para hacerlo realidad”, declaró Xaud con entusiasmo.
Presencia fuerte en cancha y en las decisiones
Y no es un deseo al aire: el fútbol brasileño pisa fuerte en la cancha también. Cuatro de los seis clubes que representan a CONMEBOL en esta edición son brasileños—Botafogo, Flamengo, Fluminense y Palmeiras—lo que habla del poderío futbolístico del país.
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Además, la CBF participó de la Cumbre Ejecutiva de la FIFA en Miami, una cita clave que reunió a representantes de las 211 federaciones miembro. Un escenario ideal para reforzar vínculos y mostrar músculo institucional.
¿Quién más está en carrera?
Brasil no corre solo. Marruecos y España también se anotaron como posibles anfitriones, a pesar de que ya serán coorganizadores del Mundial de selecciones de 2030. Lo curioso es que, en esta ocasión, presentan candidaturas separadas para el torneo de clubes.
Lo que está claro es que el nuevo Mundial de Clubes ha prendido fuerte y nadie quiere quedarse afuera. Ajustes en el calendario serán necesarios, sí, pero todo indica que este torneo ya forma parte del mapa grande del fútbol global.