La épica batalla entre Jannik Sinner y Carlos Alcaraz en la final de Roland Garros sigue resonando más de una semana después. En un duelo de máxima intensidad, el número 1 y el número 2 del mundo demostraron por qué dominan el tenis actual. Pero, más allá del espectáculo, ambos han vivido muy diferentes "días después".
Para Sinner, la derrota aún pesa. El italiano confesó que ha tenido noches de insomnio, repasando los tres puntos de partido que dejó escapar. Sin embargo, se muestra decidido a seguir adelante con el apoyo de su entorno. “Cada día va mejor”, afirmó, mientras se concentra en el ATP 500 de Halle, donde buscará revalidar el título que conquistó el año pasado en césped.
Carlitos disfrutó de un merecido descanso
Mientras tanto, Alcaraz ha disfrutado del éxito con unos días de descanso en Ibiza. Relajado y con humor, reconoció que esta vez fue menos agitada que el año anterior. “Me estoy haciendo mayor y el cuerpo ya no me da”, bromeó el español, quien, lejos de la presión, aprovecha para recargar energías antes de su debut en Queen’s.
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El contraste entre los dos tenistas evidencia lo que significa una final de Grand Slam: una montaña rusa de emociones donde la gloria y la reflexión conviven en cada raqueta. Mientras uno analiza cada punto perdido, el otro saborea la victoria. Pero en ambos casos, el viaje continúa y la competencia no da respiro. El tenis, como la vida, sigue su curso.